La Audiencia Provincial de Barcelona ha condenado a dos años y mediosde cárcel al productor del musical Grease, Juan Luís Goas, por haberse quedado con más de 1,6 millones de euros de recaudación tras reducir falsamente, durante tres años, las cifras de asistencia al espectáculo en Madrid y la capital catalana. El tribunal también le ha condenado devolver el dinero s sus socios en la empresa Butaca Stage S.L. y pagar una multa de 4.800 euros por un delito continuado de apropiación indebida agraviada, aunque lo ha absuelto de falsedad documental y estafa.

Goas adquirió los derechos de Grease para toda España en el año 2004 por 86.000 euros y, dos años después, creó junto a Filmax y a Notro la empresa Butaca Stage, de la que el productor ahora condenado fue nombrado consejero delegado con un sueldo de 10.000 euros mensuales. Goas vendió los derechos de autor a la empresa por la misma cantidad que pagó él. El procesado poseía un 20% de las acciones y las otras dos compañías, un 40% cada una.

La obra se representó en el Teatre Victòria del Paral·lel de Barcelona entre septiembre de 2006 y enero de 2008. Como Butaca Stage acababa de constituirse, Goas llevó la relación directa a través de su sociedad Stromboli. El Victòria pasaba semanalmente a Stromboli el listado de entradas vendidas y la recaudación pero Goas indicaba a su secretaria personal y cuñada, Montserrat A.S., las cifras que debía pasar a Butaca Stage. La mujer ha sido absuelta al no quedar demostrado que fuera consciente del engaño.

En septiembre de 2009, el espectáculo se trasladó a Madrid, donde se representó hasta abril de 2010. Aunque Butaca Stage ya hacía años que estaba constituida, Goas volvió a firmar el contrato como a Stromboli tanto con el teatro como con la empresa responsable de la venta de entradas. Durante esos meses, se recaudaron cerca de 20 millones de euros pero Butaca Stage, que después produjo Spamalot, acabó presentando concurso de acreedores por un pasivo total de 2,5 millones.

El tribunal admite buena parte de los argumentos de la Fiscalía y la acusación particular —que pedía una condena de seis años de cárcel— y considera que Goas manipuló las listas de entradas y de recaudación para quedarse con parte del dinero. Durante la vista, el procesado atribuyó las diferencias a que debía descontar los derechos de autor y algunos impuestos y comisiones.

Ante las reclamaciones de sus socios de Butaca Stage, que habían confiado en él por ser un empresario teatral de prestigio, Goas hizo una declaración notarial en la que admitía una deuda de 1,6 millones de euros. Sin embargo, decidió no pagar la deuda al ser destituido como consejero delegado y llevado a los tribunales. Además, acusó a la empresa de incitar una "campaña de odio" contra él con la ayuda de los medios de comunicación y se querelló contra sus socios, aunque la causa fue archivada.