La ULL identifica un cetáceo con el que colisionó un velero en aguas canarias

Expertos de cetáceos de la Universidad de La Laguna han identificado al cetáceo con el que colisionó el pasado domingo un velero que navegaba desde Tenerife a Gran Canaria, impulsado sólo por la fuerza del viento y con la hélice recogida.

Expertos de cetáceos de la Universidad de La Laguna han identificado al cetáceo con el que colisionó el pasado domingo un velero que navegaba desde Tenerife a Gran Canaria, impulsado sólo por la fuerza del viento y con la hélice recogida.

Según una nota de la ULL, fue la propia tripulación del velero quien informó de la colisión a expertos de cetáceos de la institución académica, lo que permitió identificar al animal dañado como un juvenil de cachalote de 9 metros de longitud, que nadaba en un grupo familiar, acompañado de varios ejemplares adultos.

Los cachalotes pueden alcanzar más de 18 metros de largo y 56 toneladas, y las crías nacen con 3,5 a 4,5 metros, pesando alrededor de una tonelada. Este gran tamaño supone un golpe serio para un barco recreativo, aunque puede incluso pasar desapercibido en un gran buque, informan los expertos universitarios.

Según los expertos de la ULL, en Canarias los cachalotes se observan durante todo el año, a veces muy cerca de la costa, pero normalmente más cerca de la cota de mil metros de profundidad. Los cachalotes pasan una gran proporción de su tiempo en buceo, llegando a 3.000 metros de profundidad en inmersiones que pueden superar una hora, pero también pueden encontrarse socializando o viajando cerca de superficie, momentos en los que se incrementa la probabilidad de colisión.

Las colisiones de veleros con cetáceos, añaden los expertos, han sido históricamente una leyenda negra para los navegantes, principalmente para los que dan la vuelta al mundo surcando las aguas en solitario y no pueden mantener una vigía constante para evitarlas.

En el caso del pasado domingo, el choque del velero con el juvenil de cachalote resultó en la rotura del eje del timón, lo que hubiera sido de grave importancia si se hubiera dado en medio del océano. Esta vez no se produjeron daños humanos y la embarcación de Salvamento Marino Salvamar Nunki rescató el barco y su tripulación. En cuanto al cachalote, los navegantes observaron sangre que indica que se produjo un corte en el animal, y se desconoce si se podrá recuperar del impacto o si éste ocasionará su muerte.

Existen muchos referentes de cetáceos que se recuperan tras una colisión, explica Natacha Aguilar, directora de investigación de cetáceos de la Universidad de La Laguna (Grupo de Investigación en Biodiversidad, Ecología Marina y Conservación), y hay estudios que demuestran que la probabilidad de que el choque sea letal está relacionada con la velocidad del barco, en el caso de buques de gran eslora.

Las colisiones con buques son la mayor amenaza de conservación de algunas especies, prosigue Aguilar, como la ballena franca atlántica (Eubalaena glacialis), considerada en peligro de extinción. Se ha determinado que evitar tan solo dos choques con hembras adultas al año podría salvar la especie.

En cuanto a los choques de cetáceos con pequeñas embarcaciones de recreo, el caso más conocido es el de los manatíes en Florida, donde un gran porcentaje de los individuos presenta cicatrices de hélices y se da una importante mortandad por esta causa. "Canarias es un área privilegiada en cuanto a los cetáceos y es importante que los barcos recreativos, así como los grandes buques, mantengan una vigilancia constante para evitar colisiones", concluye la investigadora de la Universidad de La Laguna.

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