Cuando el surrealismo explotó las posibilidades del dibujo

  • Una exposición traza una historia del movimiento artístico con trabajos sobre papel de autores como Miró, Magritte, Masson y Dalí.
  • Ensombrecido a menudo por la pintura, el dibujo fue un medio que permitía plasmar con facilidad los impulsos inmediatos.
  • Los surrealistas ampliaron las técnicas del dibujo tradicional con el 'frotagge', el 'fumage' o el juego de los 'cadáveres exquisitos'.
'Olga' (1930), dibujo de Picabia incluido en la muestra
'Olga' (1930), dibujo de Picabia incluido en la muestra
Francis Picabia - © 2012 Francis Picabia Estate/ARS/ADAGP, Paris - Foto © Philippe Migeat
'Olga' (1930), dibujo de Picabia incluido en la muestra

Comenzó con el Manifiesto Surrealista de André Breton (autodenominado líder del movimiento) en 1924 y pronto se extendió de la literatura a la pintura y la escultura, considerados un reflejo de la poesía. El surrealismo liberaba las imágenes más íntimas, abría una vía de escape para un momento en que el subconsciente era un terreno apetitoso en el que adentrarse.

El museo Lacma, en Los Ángeles (EE UU), expone hasta el 6 de enero Drawing Surrealism (Dibujando el surrealismo), una de las mayores muestras organizadas en torno al dibujo como forma de expresión del movimiento artístico, con 250 trabajos de casi 100 autores, entre ellos Salvador Dalí, René Magritte, Joan Miró, André Masson, Leonora Carrington y Louise Bourgeois.

Ensombrecido por la pintura, la exposición demuestra que el dibujo fue sin embargo un medio más adecuado para el arte de carácter fantástico, psicológico y onírico. El papel permitía rapidez en la experimentación, la expresión del impulso inmediato. La exposición resalta también la cara más internacional de la corriente, alejando el movimiento de la Europa de entreguerras con autores de los países del este como la checoslovaca Toyen, de las Américas (como el mexicano Agustín Lazo) y de Japón (Ei-kyu, Ai Mitsu).

Dibujo automático

Las obras de Jean Arp, Picabia y Ernst incluidas en Drawing Surrealism anticipan la corriente con el dadaísmo, en el que se fijaron artistas como Masson y Miró para practicar el dibujo automático. En la radical técnica —la primera forma de expresión plástica del movimiento de Breton— dejaban que los trazos fluyeran sin que el pensamiento racionalizara el resultado.

Los artistas comenzaron a ampliar el significado y las técnicas del dibujo tradicional con otros experimentos. El juego de los cadáveres exquisitos consistía en iniciar una figura antropomorfa que otros tenían que continuar de un modo inesperado, el frotagge (ideado por Max Ernst) consistía en reproducir texturas a lápiz con el papel sobre el objeto que se deseaba calcar yel fumage (inventado por Wolfganf Paalen) era un truco creativo que aprovechaba el humo de una vela o una lámpara de queroseno para crear formas.

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