«¿Sirve un curso de yoga en un barrio degradado?»

Rodeados de instituciones que promueven más el voluntariado social que el asociacionismo crítico y reflexivo, el centro social Casa de Iniciativas 1.5 (calle Gaona) es una excepción a lo común.
Uno de los promotores de esta iniciativa ciudadana es Nicolás Sguiglia.¿Qué es exactamente la Casa de Iniciativas?

Es un centro social. Un espacio que estaba muerto en la ciudad y hemos llenado de vida. El inmueble estaba lleno de ratas y drogadictos.

¿Ustedes son okupas?

Eso es un mito. En la casa hay muchos profesionales.

¿Para qué sirve el centro?

Funciona como punto de encuentro entre colectivos de inmigrantes y jóvenes. Este conjunto es lo que denominamos el precariado: personas en una situación precaria por cuestiones laborales o de vivienda, entre otras.

Pero ya existen centros sociales promovidos por administraciones públicas...

Que un centro sea estatal no significa que sea público. Las administraciones imponen condiciones a las asociaciones en lugar de ponerse al servicio de los ciudadanos.

¿Por ejemplo?

Critican los botellones, pero cada año recortan las ayudas a las iniciativas sociales de los jóvenes. Hay mucho cinismo. Ahora está de moda hablar de participación ciudadana, pero las administraciones pervierten este término. ¿De qué sirve que se den clases de yoga en el centro social de un barrio degradado?

¿Qué actividades hacen?

De todo tipo: teatro, danza...  Y tenemos un laboratorio político sobre inmigración, especulación y trabajo.

¿Cómo se financia la Casa?

Con una cafetería –nuestra fuente principal de ingresos–  y un club de amigos que pagan bonos de ayuda.

BIO

Nació en Rosario (Argentina) hace  29 años. Fue portavoz del Foro Social de Málaga (2004) y es sociólogo.

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