La última semana de septiembre viene cargada de anuncios y encuentros cruciales para que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, levante las incertidumbres sobre el rescate. El periodo de reflexión para el Ejecutivo español está tocando su fin, y lo hace en una semana en la que se conocerán los presupuestos de las Cortes Generales para el año 2013 y se presentarán los PGE para 2013, cargados de austeridad y ajuste.

Además, la confianza de los mercados está en un punto de inflexión, como indicó este domingo un miembro del BCE, que en el caso de España se traduce en una prima de riesgo al borde de los 400 puntos y una Bolsa que empieza a recuperarse y vuelve a los niveles de marzo. Sin embargo, este espejismo podría desvanecerse pronto si el Ejecutivo continúa aplazando la petición oficial sobre el rescate, algo que De Guindos ha hecho este fin de semana al asegurar que "el Gobierno hará lo que tenga que hacer sin precipitarse".

A la decisión de Rajoy sobre el rescate se une la crisis constitucional generada en torno a la autodeterminación de Cataluña, cuestión que ha enfrentado verbalmente este fin de semana a Rajoy y CiU y que este martes se verá reflejado en el debate de política general en el Parlament catalán.

A esto se suman además las movilizaciones ciudadanas del 25-S frente al Congreso previstas para este martes —justo el día en que se aprobarán las cuentas para 2013 de las Cortes—, que buscan dar un toque de atención a los políticos con una "acción de desobediencia civil" y sin violencia.

Las Mesas conjuntas del Congreso y el Senado aprueban este lunes los presupuestos de las Cortes Generales para el año 2013, paso previo para que ambas cámaras den luz verde el martes a sus correspondientes cuentas para el año que viene, con recortes que oscilarán entre el 2 y el 3,2%.

Los presupuestos de las Cortes Generales incluyen algunos gastos conjuntos de ambas cámaras, así como las cuentas del Defensor del Pueblo, el Tribunal de Cuentas y la Junta Electoral Central. Este año 2012, los gastos de las Cortes se redujeron un 4,4% hasta los 51,5 millones de euros, recorte que se suma al 5% de 2011.

A falta de la aprobación definitiva de sus cuentas el próximo martes, el Congreso de los Diputados reducirá su presupuesto en 2013 por cuarto año consecutivo. Fuentes de la Mesa de la Cámara han indicado que el presupuesto global ascenderá a 84.146.000 euros, lo que supone una reducción acumulada de casi el 18% en cuatro años.

Una vez más, el mayor esfuerzo de austeridad será en gastos protocolarios y de representación, que caen un 40%.

Los diputados continuarán en 2013 con su salario congelado de forma que el sueldo base continúa en 2.813 euros brutos al mes, a los que suman 1.823 euros para los residentes fuera de Madrid y 870 euros para los electos por la capital, así como otros complementos según sus funciones en la Cámara.

Aparte del importante tijeretazo que sufren los gastos protocolarios, el capítulo de inversiones reales, por ejemplo para adquirir mobiliario nuevo, baja hasta un 27%, aunque en cambio no se toca la cuantía destinada a modernización.

Por su parte, las cuentas del Senado, que también serán aprobadas el próximo martes por la Mesa de la Cámara Alta, se contraerán alrededor de un 2% en 2013.

Además de los presupuestos de las Cortes, el Gobierno presenta esta semana los presupuestos generales del Estado para 2013, unas cuentas marcadas de nuevo por la austeridad y por un ajuste que podría ascender a cerca de 40.000 millones de euros para alcanzar los objetivos de déficit. Es el monto del ajuste para 2013 que España comprometió en el plan presupuestario bianual remitido a Bruselas el pasado 3 de agosto, donde se contempla aumento de ingresos y recorte de gastos por 38.956 millones de euros.

Es previsible, pues, que así se refleje en el proyecto de presupuestos que aprobará el próximo jueves 27 un Consejo de Ministros extraordinario, y que se registrará en el Congreso el sábado 29, aunque pueda haber alguna modificación.

El mismo jueves se presentará el nuevo Plan Nacional de Reformas, que también se remitirá a Bruselas, y que tendrá como elementos básicos la lucha contra el fraude fiscal y la liberalización de algunos sectores para ganar en competitividad.

En ninguno de estos textos tiene el Gobierno previsto introducir una congelación de las pensiones o el adelanto de la subida en la edad de jubilación, tal y como se había especulado en algunos medios, como contrapartida a una eventual petición de compra de deuda soberana por parte del BCE, el llamado rescate.

De los 38.956 millones de ajuste que se comprometieron en agosto para 2013, 15.069 correspondían a medidas tributarias, de los que casi un 70% corresponderán a la reciente subida del IVA.

El programa también incluirá un balance de las reformas estructurales acometidas hasta el momento, detallará los plazos y el calendario de las previstas para los próximos meses y tendrá entre sus elementos básicos el paquete de lucha contra el fraude fiscal y laboral, que conllevará modificaciones en leyes ordinarias —que estarán listas en noviembre— y orgánicas —para un mes después—.

Este viernes se conocerá además el esperado informe de Oliver Wyman sobre las necesidades de la banca española. Del tope de 100.000 millones de euros que fijó el Eurogrupo, la consultora independiente avanzó que la cifra rondaría los 60.000 millones de euros. Bank of America ha sido más preciso con su estimación y ha calculado que la banca española necesitaría en torno a 52.000 millones, la mitad de los cuales —26.400 millones— iría solamente para BFA-Bankia.

Habría, por tanto, 40.000 millones de euros que no se emplearían en recapitalizar a la banca española, y que el ministro de Economía, Luis de Guindos, ya a dejado claro que tampoco serán para rescatar al Estado. "En absoluto", zanjó este sábado.

Además, De Guindos ha manifestado que no se precipitarían a la hora de decidir sobre un rescate —palabra que en ningún momento utilizó abiertamente—, aunque han surgido voces desde Europa, como la del comisario Joaquín Almunia, que urgen al Gobierno español a que despeje toda incertidumbre sobre el rescate para evitar tensiones futuras en el mercado.

El Congreso de los Diputados, escenario de la aprobación de los presupuestos, protagonizará también la movilización convocada para el martes 25-S, que busa rodear y caminar alrededor del Congreso en Madrid, en un acto simbólico y sin interferir en su funcionamiento.

Pese a tener la autorización de la Delegación del Gobierno en Madrid, eso no impide que haya 1.400 antidisturbios presparados para blindar los accesos al edificio.

Cataluña estará presente también para Rajoy esta semana, especialmente después de lo que se ha desencadenado en los últimos días. Después del frío encuentro entre Artur Mas y Rajoy la semana pasada, este sábado el presidente del Gobierno aludía a este encuentro diciendo que "las cosas no son blancas o negras, hay otros tonos, otros intereses y otros sentimientos".

"No se sale de una crisis creando otra crisis", apostilló Rajoy este sábado, y añadió que "lo que toca ahora es que Gobierno y comunidades autónomas trabajen juntas" para alcanzar la recuperación económica. Estas palabras ya han sido respondidas por Oriol Pujol, secretario general de Convergència Democràtica de Catalunya, que ha movido ficha y ha dicho que CiU ha prerreservado varios recintos para ocho viernes entre octubre y abril con el objetivo de "estar preparados" en el caso de que se convocasen elecciones anticipadas.

Para más inri, los partidos que aprobaron el pacto fiscal —CiU, ICV-EUiA, ERC— y la formación independentista Solidaritat (SI) estudian pactar una resolución conjunta en favor del derecho a la autodeterminación para aprobarla en el debate de política general que el Parlament celebrará este martes.

Los presupuestos pillarán a Rajoy en EE UU. El jefe del Gobierno viaja este lunes a Nueva York para participar por vez primera en la Asamblea General de la ONU, donde el martes defenderá la candidatura de España a formar parte de su Consejo de Seguridad a partir de 2015 y verá a una larga lista de líderes internacionales, encabezada por Barack Obama.

Pese a que no se ha concretado si Obama y el presidente del Gobierno mantendrán algún encuentro bilateral —difícil, visto el corto espacio de tiempo que Obama permanecerá en Nueva York—, en caso de producirse la situación económica mundial y la de la eurozona en particular ocuparían gran parte de la conversación, según han señalado fuentes del gobierno.

En la agenda de Rajoy en Nueva York habrá una larga serie de reuniones con jefes de Estado y de Gobierno que se irán concretando en función del desarrollo de la Asamblea.

Pero la intención es que se vea principalmente con líderes no europeos —sobre todo iberoamericanos— para hablar de la evolución de la situación económica y la explicación de las reformas estructurales que está protagonizando en España.