El ministro de Economía, Luis de Guindos, se reunirá este martes en Frankfurt con el ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schauble, en una ronda de negociaciones para recabar apoyos e intentar frenar el acoso a la deuda española, que este lunes ha vuelto a marcar un nuevo récord al superar los 640 puntos.

Según el rotativo británico The Guardian, durante la reunión se podría tratar la posibilidad de un rescate a España de unos 300.000 millones de euros.

Precisamente, este lunes De Guindos, ha descartado que España tenga que pedir un rescate a sus socios europeos, pese a "las situaciones de irracionalidad en los mercados".

Fuentes gubernamentales han informado que la Oficina Económica de Moncloa, dependiente directamente del presidente del Gobierno, ha intensificado los contactos con los gobiernos del país germano, Estados Unidos y Francia.

Según estas fuentes, el Ejecutivo quiere pedir la implicación del Banco Central Europeo (BCE) para propiciar estabilidad en un momento en el que la financiación del país es superior al 7,4%.

Este fin de semana el presidente de la entidad, Mariano Dragui, ha dicho que el BCE "no resolverá los problemas financieros de los Estados".

En la ronda de contactos se incluye la IV Reunión del Grupo de Reflexión sobre el futuro de Europa, celebrada el fin de semana pasado en Palma de Mallorca, con la asistencia del ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, y otros 11 ministros de la UE.

En ese encuentro, Maragallo calificó de "clandestino" al BCE por "no estar haciendo nada" para "apagar el incendio de la deuda pública", razón por el que apostó por una UE "más federal y solidaria" con un Banco Central "mucho más fuerte".  Además, criticó a "algunos especuladores que quieren trasladar una mala imagen de España para hacer dinero.

Además, el Gobierno prepara el encuentro del próximo 2 de agosto entre Mariano Rajoy y el primer ministro italiano, Mariano Monti, en Madrid, una cita en la que el Ejecutivo tiene puestas grandes esperanzas, según estas fuentes.

Esa entrevista servirá para analizar el impacto de los mercados en ambas economías y pedir "agilidad" a los últimos acuerdos alcanzados a niveles europeos para contener la presión sobre sus deudas públicas.