"Hace falta mucha ayuda; no damos abasto"

Los lectores cuentan a 20minutos.es cómo viven la tragedia de los incendios en primera persona.
En Oia (Pontevedra) un retén conseguía detener el fuego a uos escasos 50 metros de un pequeño pueblo de la zona (Martín Saco).
En Oia (Pontevedra) un retén conseguía detener el fuego a uos escasos 50 metros de un pequeño pueblo de la zona (Martín Saco).
Martín Saco
En Oia (Pontevedra) un retén conseguía detener el fuego a uos escasos 50 metros de un pequeño pueblo de la zona (Martín Saco).

Galicia sigue contemplando con impotencia cómo se quema su monte.

Los efectivos que trabajan para poner fin a esta situación logran apagar unos fuegos y controlar otros, pero no pueden evitar que todos los días aparezcan nuevos focos que empeoran la situación.

Por eso no sorprende el llamamiento de Martín Saco en el que dice que "hace falta ayuda, mucha ayuda".

Lo cierto es que Martín no sabe "hasta que punto serán útiles los voluntarios", pero sí que "cuantos más efectivos, mejor", ya que los fuegos los están apagando "la gente en su mayor parte y no se da abasto".

Desde Vigo, Isabel Martín ofrece un testimonio más poético: "La luz del pleno sol de verano luce como la de Marte, tenue y anaranjada, entre humo caliente y cenizas".

"Anoche me topé con la luna teñida de fuego y lo que vi reflejado en ella por fin me hizo llorar", cuenta esta viguesa.

Una tierra que era verde

"Que alguien lo pare", dice otra lectora a la que le duele ver cómo la tierra donde ha pasado "tan buenos veranos", se consume "poco a poco".

Anoche me topé con la luna teñida de fuego y lo que vi reflejado en ella por fin me hizo llorar
Su frustración representa a la de
muchas personas apegadas a la "tierra verde" de Galicia.

"No sé explicar cómo me siento", explica esta lectora que no puede evitar llorar algunas veces "al ver sitios en los que he estado siendo pasto de las llamas".

La población se siente asustada, desprotegida e impotente ante el devastador efecto de las llamas incontroladas.

Luis Escalante ha relatado cómo las llamas obligaron a desalojar las viviendas de la urbanización Aldeanova, en el ayuntamiento de Ames (Santiago de Compostela).

"Se vivieron momentos especialmente dramáticos cuando las llamas se acercaron a los tanques de gas", cuenta Luis, aunque afortunadamente el fuego pudo ser controlado.

Baño de cenizas en Vigo

Xoán Xulio, que llevaba cinco días encerrado en casa, "con las persianas bajas y dejando sólo una rendija en las ventanas para no asfixiarme de calor", cuando decidió contar su testimonio a 20minutos.es.

Toda su casa, en el centro de Vigo, está llena de ceniza: "La ciudad aparece envuelta en una nube de humo y los coches en la calle ofrecen un aspecto deplorable debido a la ceniza que se deposita sobre ellos".

No obstante, Xoan asegura que lo que más le llama la atención " es el silencio de los de Nunca Máis que hace dos años se desgañitaban por las calles en gritos e insultos contra el anterior gobierno e incluso contra los votantes de su partido".

"Ahora sólo hay un silencio patético y una nube de humo que parece haberse posado sobre la ciudad con la intención de quedarse para siempre", lamenta.

"¿Cuando harán algo?"

Esto empeora porque cada vez hay más viento

Alejandro Núñez vive en Milladoiro, a cinco minutos de Santiago de Compostela.

"No puedo entender que año tras año pase lo mismo. ¿Es mejor gastar nuestro dinero en campañas electorales? El presidente de la Xunta dice que todos los fuegos están bajo control, que no nos alarmemos... Quizás deberían decirle que la humareda no es de botafumeiros, sino de 100 incendios que queman Galicia".

Lo que un día verde...

Me duele el alma, me duele Galicia
"Lo que antes era verde, ahora es negro y humeante", dice Quique desde Redondela, cuyas parroquias, Concellos y pazos están ardiendo.

"Las imágenes son desoladoras: fuego, humo, cenizas, ventanas cerradas y aire irrespirable. Me duele el alma, me duele Galicia".

Periodismo ciudadano

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