Los militares que han dado un golpe de Estado en Mali han cerrado las fronteras terrestres y aéreas del país, según ha anunciado un portavoz.

"Declaramos el cierre de todas las fronteras terrestres y aéreas con los países vecinos", declaró el portavoz del recién constituido Comité Nacional para el Restablecimiento de la Democracia y la Restauración del Estado, el teniente Amadou Konare, en el último comunicado leído en la televisión.

De momento es difícil establecer hasta qué punto los golpistas disponen de apoyos suficientes para cerrar todas las fronteras terrestres. Un corresponsal de Reuters constató previamente que el aeropuerto de la capital, Bamako, había sido acordonado por la Policía, y no por los soldados golpistas.

Konare ha instado a sus compañeros de armas a que cesen "inmediatamente" de lanzar disparos al aire en señal de victoria se encuentren en Bamako o en otras posiciones.

También ha hecho un llamamiento a los uniformados que aún no se hayan unido al Comité Nacional para el Restablecimiento de la Democracia y la Restauración del Estado a que se adhieran "sin demora".

"El Comité sigue comprometido a su ideal de recuperación de la autoridad del Estado" y pide a las fuerzas armadas y de seguridad desplegadas en el norte del país para hacer frente al levantamiento tuareg que prosigan "su misión de defensa de la integridad del territorio nacional".

A los ciudadanos les recomiendan que permanezcan "serenos en sus casas" e invita al personal que trabaja para la Administración a que vuelven a sus puestos de trabajo "el martes 27 de marzo a las 7.30 horas". "Toda ausencia no justificada se considerará abandono de servicio", ha advertido.

Según ha anunciado Konare, los secretarios generales de los ministerios son los responsables de gestionar los asuntos del día a día hasta el establecimiento de un nuevo Gobierno.

La Casa Blanca condenó este jueves la violencia y pidió la inmediata vuelta al orden constitucional en el país africano.

"Los Estados Unidos condenan enérgicamente la violencia iniciada por elementos de las Fuerzas Armadas de Mali. Pedimos una inmediata vuelta al orden constitucional", indicó en un comunicado la Casa Blanca.

Estados Unidos dijo que es necesario que las autoridades civiles vuelvan a tener control sobre las Fuerzas Armadas y que respeten las instituciones democráticas del país.

La Casa Blanca afirmó que Estados Unidos está con el pueblo de Mali y con el gobierno legítimamente elegido de Amadou Toumani Toure, al tiempo que se sumó a las críticas al golpe de estado realizadas por la Unión Africana y de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS).

Por su parte, la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, urgió a la "calma y la restauración del Gobierno civil bajo la norma constitucional sin demora", para que las elecciones presidenciales, previstas para abril, y las legislativas, fijadas en julio, "puedan proceder según el calendario".

El golpe ha coincidido con una reunión en la que Estados Unidos se replantea el futuro de la ayuda económica y financiera que concede a Mali, y que ronda los 140 millones de dólares anuales.

Un grupo de funcionarios estadounidenses se reunió hoy para decidir si recomienda al Congreso que continúe con esa ayuda, indicó Nuland en su conferencia de prensa diaria, y subrayó que "aún no se ha tomado la decisión de modificar esos programas de asistencia".

La portavoz de Exteriores evitó calificar el levantamiento como un "golpe" en el sentido legal, y expresó su esperanza de que la delegación que enviarán ECOWAS y la Unión Africana "sea capaz de resolver esta situación para que no lleguemos a la situación de tener que decidir si fue un golpe formal o no".