El primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, agradeció este lunes a la ciudadanía de su país el comportamiento demostrado tras el doble atentado y manifestó su satisfacción por su capacidad para saber "encontrar el camino" tras la tragedia, que dejó 77 víctimas mortales.

Stoltenberg ratificó la "apuesta clara por la democracia" demostraba por "toda Noruega", en el acto de Estado del Parlamento noruego en el que se recordó a las víctimas de los ataques contra el distrito gubernamental de Oslo y el campamento de las juventudes socialdemócratas.

"Vosotros, los jóvenes, habéis demostrado vuestra determinación a responder al odio con amor. El terror no debe conducir a más odio, sino a más democracia", enfatizó Stoltenberg, dirigiéndose a las juventudes socialdemócratas, objetivo del ultraderechista Anders Behring Breivik, en su ataque al campamento de verano de la organización, en la isla de Utoya.

Este homenaje a las víctimas coincide con la publicación de la carta de un superviviente de 16 años,  en el diario noruego Dagbladet. En un particular reconocimiento del joven a sus compañeros fallecidos.

El acto, emotivo y solemne, estuvo presidido por el rey Harald y el príncipe heredero Haakon, y estuvo marcado por las múltiples expresiones de recuerdo a las víctimas y de apoyo a la gestión de Stoltenberg, dentro y fuera del hemiciclo.

El presidente del Parlamento, Dag Torje Andersen, abrió la sesión agradeciendo el pulso firme de Stoltenberg en la crisis, con parecido énfasis al que empleó para agradecer la labor de la policía y los equipos de rescate.

La gestión de Stoltenberg de la crisis, unida a la cercanía que ha sabido transmitir en medio de la tragedia colectiva, ha disparado la popularidad del primer ministro socialdemócrata.

Según una reciente encuesta del conservador Aftenposten, un 80 % de los noruegos califica de "muy buena" su gestión en estos momentos.

El diario noruego Dagbladet publica este lunes otro sondeo según el cual, en caso de celebrarse elecciones ahora, Stoltenberg obtendría un 40 % de los votos, frente al 33,5 % que logró en las generales de 2005, mientras que el apoyo al ultraconservador Partido del Progreso bajaría al 14 %, desde el 23 % que obtuvo entonces.

Los medios informan de que la matanza habría sido aún más devastadora de haber ocurrido apenas una hora antes, cuando los funcionarios estaban todavía en sus puestos.

Apenas 160 de los 1.900 funcionarios que habitualmente trabajan en las dependencias de los ministerios afectados se encontraban en sus puestos en el momento de la primera explosión, a las 13.26 GMT del viernes 22, según informó la cadena pública NRK.

La explosión causó ocho muertos y, según las investigaciones en curso, la furgoneta contenía hasta 850 kilos de explosivo, en lugar de los 500 kilos que hasta ahora se estimaba.