La crisis del 'ladrillo' no toca fondo. Inmobiliarias y constructoras no ven la luz al final del túnel. Algunas van a intentar reinventarse. Es el caso de Metrovacesa, que está abandonando "de forma ordenada" la actividad de promoción y venta de viviendas.

Ante el "deterioro del mercado inmobiliario español", ahora su objetivo estratégico es centrarse en el negocio de gestión y explotación en régimen de alquiler de activos patrimoniales. Así, la inmobiliaria prevé desinvertir, también "ordenadamente" y a "precios aceptables", los activos residenciales que tiene actualmente (las promociones y el suelo).

Por el momento, Metrovacesa ya ha suspendido el desarrollo de nuevos proyectos residenciales, según indica en el folleto informativo que la empresa ha remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) con motivo del canje de deuda por acciones que llevará a cabo con sus bancos.

A cierre del pasado mes de marzo, Metrovacesa contaba con un stock de viviendas pendientes de entrega de 441 pisos y una cartera de suelo de 3,2 millones de metros cuadrados edificables.

En el primer trimestre del año, la inmobiliaria actualmente controlada por un grupo de seis bancos prevendió trece pisos, frente a las 783 viviendas prevendidas en 2009 y a las 560 unidades de 2010.

Metrovacesa no tiene elección. Un informe de la consultora PricewaterhouseCoopers constata que la inmobiliaria "se encuentra actualmente en una situación financiera que hace que su viabilidad se encuentre en peligro grave e inminente".

La situación de las inmobiliarias, que tanto dinero ganaron en los años dorados del ladrillo español, es tan apurada que ya han pedido ayuda al Estado. Este mes de julio, las grandes inmobiliarias (las del llamado G-14) han solicitado al Gobierno medidas que ayuden a reestructurar y redimensionar "de forma más eficiente" el sector. Para ello sugieren hacer integraciones y fusiones entre empresas.

Concretamente han solicitado que las operaciones de fusión y compraventa de inmobiliarias queden exentas del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados que actualmente grava estas transacciones.

La crisis ha pasado como un tifón por encima del sector inmobiliario, y la calma aún no ha llegado. De hecho, según datos de Tormo & Asociados, entre 2008 y 2011 han desaparecido más de 40 redes inmobiliarias (entre ellas algunas tan asentadas como Fincas Corral, ERA o Coldwell Banker) y unas 4.000 oficinas. Ello ha supuesto la supresión de 15.000 puestos de trabajo.

Al igual que las inmobiliarias, las grandes constructoras españolas han ido buscando otras línea de crecimiento, abandonando el 'ladrillo'. O al menos el 'ladrillo' español.

De hecho, las seis grandes constructoras cotizadas (ACS, Acciona, FCC, Ferrovial, Sacyr y OHL) ya tienen en el exterior más de la mitad (el 57%) del total de sus contratos de obras pendientes de ejecutar.