Tras la pista del animal más bello del mundo, tras la pista de la actriz Ava Gardner

  • Ava Gardner revolucionó España en los años cincuenta: Isaki Lacuesta lo cuenta en una película que se estrena este viernes.
  • Sus noches más salvajes son rememoradas por personajes anónimos de su círculo más íntimo.
Isaki Lacuesta, junto a un cartel de La noche que no acaba.
Isaki Lacuesta, junto a un cartel de La noche que no acaba.
EFE
Isaki Lacuesta, junto a un cartel de La noche que no acaba.

Marilyn Monroe, Grace Kelly, Audrey Hepburn o Elizabeth Taylor: las estrellas del viejo Hollywood no podían ser más guapas. O sí, pero entonces habrían sido... Ava Gardner. La bautizada como "el animal más bello del mundo" vivió, en los cincuenta, varios años en España: en esos días grises, la actriz, un huracán de hermosura, sexo y alcohol, dejó innumerables leyendas.

Muchas de ellas son recuperadas por Isaki Lacuesta en La noche que no acaba, proyecto del canal TCM que, basándose en el libro Beberse la vida: Ava Gardner en España de Marcos Ordóñez, decidió usar sus archivos para un largo. "Me pareció interesante –explica Lacuesta– trabajar, reconstruir y remontar ese material. La historia no habla solo de Ava, sino del Hollywood y la España de entonces".

Los camaradas de Ava

Imágenes del amor de Gardner de entonces, Frank Sinatra, se mezclan con las de sus amantes Mario Cabré o Luis Miguel Dominguín, pero Lacuesta opta por los testimonios de personajes anónimos. Como dice Lacuesta, "no queríamos que las estrellas contaran la película, sino el portero de una plaza de toros o los pescadores de Tossa de Mar".

El resultado es un crisol de entrevistas actuales e imágenes de archivo que pretende, para Lacuesta, "mezclar lo periodístico con lo legendario. Ava era la heredera de Helena de Troya o la Carmen de Mérimée: fue la femme fatale perfecta, pero su belleza llegó a opacar su talento interpretativo".

Los momentos más divertidos de La noche que no acaba son los que rememoran las grandes fiestas de la actriz en España: infinitas noches de alcohol y flamenco, escenas de celos con Sinatra, una promiscuidad que escandalizaba entonces... ¿Sería posible que una estrella del cine se comportara, ahora, con esa libertad? "Sería difícil por culpa del lamentable periodismo actual", dice Lacuesta.

¿Quedan rostros como los de entonces? ¿Hay, en el cine de hoy, dioses a lo Ava Gardner? "El arquetipo de estrella –dice Lacuesta– se conserva. Tom Hanks sería un moderno James Stewart y abundan las herederas de Ava. Lo que ha cambiado es el cine en sí, que ya no ocupa un papel central en la sociedad. Los fenómenos más populares son de la música, el deporte o de campos alejados del espectáculo, como Bill Gates". Si son de los que prefieren a Ava Gardner en vez de al del fundador de Microsoft, al cine.

Con la voz de Charo López

La belleza de Gardner ha sido comparada, en más de una ocasión, con la de la actriz española Charo López: precisamente por eso Lacuesta la eligió para ser, durante algunos fragmentos de la película, la voz en off que enhebra el relato. "No quería que ese narrador fuera mi álter ego, sino el de la propia Ava, y por eso usé la voz de López y la de Ariadna Gil. Son voces más subjetivas, voces de actriz. Además, establecen unos diálogos imaginarios entre la diva joven y la diva mayor que resumen la película".

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