Niña Pastori: "Los flamencos somos más de fiesta en casa que de discotecas"

  • ‘La orilla de mi pelo’ es el título de su nuevo trabajo.
  • Vuelve a fusionar el flamenco con el rock y el pop.
Niña Pastori, en una imagen de archivo.
Niña Pastori, en una imagen de archivo.
Niña Pastori, en una imagen de archivo.

Niña Pastori ya no es tan niña. A sus 31 primaveras tiene una envidiable carrera a sus espaldas y es madre. El embarazo de su hija, Pastora, condicionó en 2008 la grabación y el lanzamiento de su último disco, Eres luz. Ahora vuelve con nuevo álbum, nuevos bríos y el mismo duende de siempre.

¿Cómo se gesta este disco?

Llevo mucho tiempo trabajando en él.  Había canciones de este disco que tienen más de cinco años, pero me quedé embarazada y me apeteció hacer canciones en clave flamenco, en el que éstas no cuadraban.

Así que ha optado por un disco mucho más pop...

Sí, era algo que me apetecía. Hubo un tiempo en el que el flamenco se puso de moda, todo el mundo lo incluía en su música. Me sentí un poco asfixiada con ese tema, y me apetecía buscar otros colores, otros registros.

En parte, artistas como usted son responsable de esa moda.

Sí, pero es algo que me cansa. Necesito renovarme, subir al escenario con ganas y no atenerme a lo que está o no de moda. No canto por vivir, sino porque es mi vida. Lo necesito como persona. Llevo haciéndolo desde los ocho años y no me imagino haciendo otra cosa.

¿En el flamenco sobran puristas?

No, yo entiendo perfectamente el punto de vista de los que piensan que hay que conservar el flamenco tal y como es y no despistar a la gente. Pero pueden estar tranquilos: el flamenco siempre va a existir. Siempre habrá quien conozca sus palos, quien cante por seguidillas, soleás...

¿Haber empezado tan joven puede provocar que uno envejezca prematuramente en el terreno  artístico?

Todo tiene su parte buena y su parte mala. En mi caso me alegro, porque ya desde niña hacía lo que me gustaba, me divertía mucho y cogí una experiencia que me ha servido mucho. Pero te pierdes cosas. En mi caso, como nunca fui muy de salir de marcha, sino más bien casera y familiar, no es algo que haya echado en falta especialmente.Los flamencos somos más de fiesta en casa que de discotecas.

Sin embargo, sí ha buscado el bullicio en las calles de Nueva York para su primer videoclip. ¿La búsqueda de la mezcla es lo que la llevó allí?

Exactamente. No conocía Nueva York, y tenía muchas ganas de ir. Sus calles reflejan perfectamente ese sentimiento de mezcla, con gentes de todos los lugares, Creo que el resultado es fantástico.

Pocos pueden decir que tienen en sus vitrinas un Grammy... ¿Qué significado le da?

Es una alegría en lo personal. Como un regalito el día de tu cumpleaños. Te hace ilusión que se acuerden de ti, pero no hay que darle más importancia de la que tiene. Tener un Grammy no significa que mañana vayas a tener más conciertos o vender más discos.

Apenas a unos metros –la entrevista se desarrolla en un céntrico café de Madrid– los indignados acampan en Sol. ¿Cómo lo está viviendo? ¿Usted está indignada?

Entiendo que la gente joven se esté rebelando, porque no ven una salida a la situación actual. Las cosas están mal para todo el mundo, para unos peor que para otros, desde luego. Este va a ser un año muy difícil, y hay que levantar un país entero. No va a ser nada fácil, pero soy positiva. De momento, he intentado hacer un disco alegre y positivo, para que la gente baile y lo pase bien. No todo en la vida son las crisis: todo pasa.

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