Dos sacudidas de 4,4 y 5,2 de magnitud en la escala Richter, y nueve muertos, centenares de heridos y el caos. Edificios derruidos, torres caídas, cascotes por todos los lados y el Ejército movilizado para ayudar a la población. Los vecinos de Lorca se preguntan por qué se han caído sus casas cuando este terremoto, por su magnitud, debería haber sido mucho menos destructivo, como afirma el propio presidente del Colegio de Geólogos, Luis Suárez.

Para Paloma Sobrini, decana del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), la explicación está en las propias características del terremoto, "muy superficial" (la primera sacudida se produjo a 10 km de la superficie y la segunda a solo un kilómetro), lo que lo hace más destructivo.  Sobrini explica a 20minutos.es que la Norma de construcción sismorresistente del año 2002, que regura la construcción de los edificios (y que derogaba una ley anterior de 1994), "es fenomenal, tan buena que ahora muchos países iberoamericanos la están adoptando". Esta norma, explica, "contempla la zona donde se edifica y el uso que se le va a dar". Ambos parámetros son ineludibles a la hora de planificar y ejecutar cualquier construcción, que, por supuesto, según cuenta la arquitecta, "tiene que seguir esta normativa".

Entonces, ¿por qué se han caído algunos edificios? "Puede ser que se trate de edificios antiguos, de los años 60, cuando no existía esta normativa. En cualquier caso, es muy difícil que se caiga un edificio. Sí sucede que de los edificios se desprenden muchos elementos y, aunque la normativa lo regula todo, la estructura y los elementos arquitectónicos: marquesinas, balcones, chimeneas..., es muy difícil controlar cosas como que se caiga una lámpara". A este respecto el presidente del Colegio de Geólogos, Luis Suárez, hablaba el miércoles  de "daños previos" en las edificaciones para explicar la devastación y el geólogo José Antonio Sánchez decía el miércoles a este medio que "aunque las estructuras de los edificios estén preparadas para resistir el temblor, se pueden desprender de éstos elementos de la fachada, revestimientos o cornisas, lo que puede provocar daños a la población". El nivel de daños ha sido tal que entre 20.000 y 30.000 personas no pudieron regresar la noche del miércoles a sus casas, y se estima que el 80% de los edificios han sufrido desperfectos.

¿Y quién vigila que la normativa se cumple? "Los proyectos llegan al colegio de arquitectos que comprueba que el arquitecto, en el ejercicio de su responsabilidad, justifica el cumplimiento de la normativa. El Ayuntamiento, donde también llega el proyecto, hace lo mismo". Así pues es el Colegio de Arquitectos correspondiente y el Ayuntamiento son quienes supervisan su cumplimiento.

Sobrini, que evita el alarmismo, explica que lo sucedido en Lorca "es un cúmulo de mala suerte" y aboga por concienciar a la gente de que siempre recurra a la planificación de un arquitecto. "Cuando alguien me dice que se ha construido la casa, pienso que es como si tú mismo te quieres operar o sacar una muela".  A pesar de esos casos, Sobrini habla de "un buen nivel de edificación" y de que "la normativa se cumple". En cualquier caso, defiende la prevención como mejor manera de evitar más casos como los de la localidad murciana: "Tenemos que poner al día el parque edificatorio de España, como si les hiciéramos pasar una IT, pero no solo en lo referente a los movimientos sísmicos, también a la eficiencia energética, etc., para que, por ejemplo, un edificio de Zamora no pierda calor".

Sobre el miedo que pueden sentir muchos ciudadanos de Lorca a que sus edificios no sean seguros, Sobrini cree que lo que procede ahora es que " la autoridad organice equipos de trabajo para evaluar los daños y que los técnicos comprueben la seguridad de los edificios. A este respecto, los Arquitectos Sin Fronteras de Madrid se han ofrecido para ir a Lorca a echar una mano" y vuelve a aconsejar mantener la calma. "Es absurdo desconfiar de la seguridad de las construcciones".

Zapatero ha anunciado este jueves que no regatearán "ningún medio económico para la tarea de la reconstrucción de la ciudad".

Entonces, nuestros edificios son seguros, pero, ¿qué pasa con el vecino del ático que ha cerrado la terraza de aquella manera, sin que quizá nadie lo haya supervisado? "Es cierto que muchos particulares hacen auténticas barbaridades. No tienen en cuenta la distribución de las cargas, o la distribución de las aguas, con lo que luego acaban produciéndose humedades que dañan las estructuras. Otro error frecuente es que tampoco se tiene en cuenta la resistencia de los materiales empleados. Por eso es fundamental ponerse en manos de un técnico competente porque la edificación no es una broma, te la juegas tú y todos los que te rodean, es algo que afecta a la salud de todos los ciudadanos".