Una falla de fricción recorre el espacio comprendido entre Orihuela y Granada. Las placas tectónicas euroasiática y africana se encuentran en ese punto y se desplazan de forma lateral, produciéndose una intensa fricción. La localidad de Lorca, que este miércoles ha sufrido dos sismos, de 4,4 y 5,2 grados en la escala Richter se encuentra casi en el centro de la citada falla.

"Se trata de una falla activa, que está en movimiento, y la energía que se produce por la fricción entre las dos placas produce terremotos en la zona", explica a 20minutos.es José Antonio Sánchez, Geolólogo colegiado experto en la zona.

Los terremotos en la zona no son poco frecuentes, de hecho el sur y sureste de la península tiene el mayor índice de peligrosidad de terremotos de toda la Península Ibérica, donde se producen unos 2.500 terremotos al año, la mayoría, imperceptibles para la población.

Según fuentes de la Red Sísmica del Instituto Geográfico Nacional, los movimientos registrados en Lorca son los de mayor intensidad registrados en el sureste español desde "hace al menos quinientos años". Sin embargo, se trata de una intensidad que se ha superado en ocasiones, llegando a 7,5 grados en 1969.

"La falla que hay en esa zona se mueve muy lentamente y es eso es en cierta medida positivo, ya que hace que haya pequeños o moderados movimientos que liberan energía en pequeñas cantidades, por lo que ésta no se acumula, produciendo movimientos mayores, y permite que las placas vayan reajustándose poco a poco y manteniendo su equilibrio", explica José Antonio Sánchez.

En Japón, explica el geólogo, "la falla es de subducción, lo que produce acumulaciones de energía mayores, y grandes y bruscos movimientos, por lo que las consecuencias son mayores", como en el último seísmo sufrido en ese país, de 9 grados.

Tras los sismos registrados se pueden esperar réplicas, aunque es difícil preverlo. "Normalmente, estas réplicas son de menor intensidad que el terremoto principal, aunque en el caso de Lorca se ha producido un movimiento premonitorio o precursor y después otro de mayor intensidad", hace ver Sánchez.

Frente a estos movimientos, la ley española establece normas sismo-resistentes para la construcción de edificios. "Hay una norma que data de 1994 y otra de 2002, que regulan el modo en que deben construirse los edificios, por ejemplo, reforzando los cimientos de éstos y su configuración", explica el geólogo. Sin embargo, "lo habitual es que los edificios más antiguos sean los que más sufran con los movimientos".

En Lorca se han registrado ocho víctimas mortales porque "aunque las estructuras de los edificios estén preparadas para resistir el temblor, se pueden desprender de éstos elementos de la fachada, revestimientos o cornisas, lo que puede provocar daños a la población".

Los derrumbes de edificios producidos tras el terremoto que ha sacudido Lorca podrían deberse a daños previos en los mismos, ya que un movimiento como ese, de 5,2 grados, no tiene magnitud suficiente para producir el llamado "efecto colapso".

Así lo asegura en un comunicado el presidente del Colegio de Geólogos, Luis Suárez, quien añade que el terremoto de esta tarde ha liberado una energía equivalente a más de 200 toneladas de TNT.

Sobre las réplicas que se vienen produciendo desde el primero de los terremotos registrados en la zona esta tarde, Suárez señala que son positivas "porque suponen que la energía se disipe y, en general, se evitan terremotos de intensidad mayor".

Asimismo recuerda que es la primera vez que se producen víctimas mortales directas por un terremoto en España desde 1884, en el terremoto de Arenas del Rey, Granada. El último importante en la zona se produjo en 2006, con una intensidad de 4,8 Ritcher.

Por su parte, Emilio Carreño, director de la red sísmica nacional, en declaraciones al canal 24h de TVE ha señalado que el epicentro del terremoto, situado a sólo 7 kilómetros de la localidad, podría haber sido más destructivo de lo habitual por la poca profundidad a la que se ha producido.