La propaganda artística, tan mediatizada e interesada como cualquier otra, puede hacernos creer que China es una país de pocos creadores —incluso de solamente uno, el ubicuo y perspicaz Ai Wei Wei, que se sabe vender con un alto grado de éxito—. La realidad es mucho más rica y compleja, por supuesto.

Una buena oportunidad para descubrir a una gran artista contemporánea china es la exposición que la Kunsthalle de Dusseldorf (Alemania) dedica desde el 15 de diciembre a Yin Xiuzhen. La muestra, que estrá en cartel hasta el 10 de marzo de 2013, es al primera individual en Europa de una creadora comprometida y valiente que nació en Beijing en 1963 y sigue residiendo en esa ciudad.

Desde que llamó la atención en la Bienal de Venecia de 2007 con sus poderosas instalaciones efímeras que hacen referencia a los problemas ambientales y de superpoblación de China, la artista ha seguido trabjando en la misma línea. En la muestra de la ciudad alemana expone instalaciones antiguas, algunas de las cuales solamente perviven en fotos, y nuevos trabajos, casi todos realizados en textiles.

Desde 2000 Xiuzhen ha dado un giro distintivo a sus obras, eligiendo la ropa de segunda mano —que obtiene de los contenedores de basura y reciclaje— como materia primaria para reflexionar sobre el acelerado crecimiento urbano y sus consecuencias. Un gran amasijo de piezas textiles conforman un cerebro en Subconsciente Colectivo (azul) (2007) y la maquinaria de un automóvil en Motor (2008) para presentar una metáfora sobre la sobreestimulación provocada por el ritmo de vida de las grandes ciudades y su efecto en el subconsciente colectivo y referirse al motor como corazón mecánico de las personas.

Aviones, transportes públicos y carreteras son también motivos de otras esculturas de gran formato en las que la artista llama la atención sobre la aparentemente ilimitada idea de la movilidad en el mundo actual, también presente en la serie Ciudades maleta portátiles, que inició en 2000 y en la que todavía está inmersa. Las esculturas están formdas por trozos de ropa viaja que la artista ha ido recogiendo en sus viajes para esculpir maletas textiles que representan los mapas de las ciudades y quieren "repensar la idea de hogar y de vida cotidiana en una gran ciudad de un mundo globalizado".

A pesar de que el vocabulario formal que emplea Xiuzhen es poético, sus piezas también se puede leer como comentarios críticos sobre temas como el control de las opiniones y pensamientos, la prédica de la eficacia y el aumento desmesurado del tamaño de las ciudades, espacilmente notable en China y todo el continente asiático. Beijing, por ejemplo, tiene 16 millones de habitantes. También hay una clara referencia a la industria textil de China, dominante en el mercado mundial gracias a unas condiciones de trabajo que en ocasiones bordean lo inhumano.

Durante los años noventa, la artista se centró en la denuncia de la contaminación del agua por los problemas derivados de la superpoblación y la falta de control de las autoridades chinas.