El Sevilla se alió con la maldición de Bela Guttmann, aquel técnico húngaro que dijo que tardaría más de 100 años en volver a ganar en Europa tras ser despedido, para conquistar este miércoles, siete campañas después, la Europa League, la tercera de su historia y el cuarto título continental de su palmarés. Las dos paradas de Beto a los lanzamientos del paraguayo Cardozo y el español Rodrigo condenaron a un Benfica portugués que disfrutó de las mejores ocasiones de una final tosca, física, de más lustre para las defensas que para los delanteros.

A base de perder finales, el Benfica está convirtiendo la superstición derivada de una anécdota en toda una carga: subcampeones del torneo el pasado curso, la entidad encarnada ha perdido las últimas ocho finales continentales (cinco de Copa de Europa, tres de UEFA) que ha disputado.  El Sevilla, todo lo contrario, ha ganado todas las finales que ha alcanzado en el Viejo Continente e iguala los tres éxitos en la segunda competición continental del Inter, la Juventus y el Liverpool, que hasta este miércoles estaban al frente del palmarés.

Una final de ida y vuelta, equilibrada, igualada hasta la desesperación, pródiga en acercamientos alternos donde el Sevilla, Rakitic mediante, imaginaba más y el Benfica apelaba a las jugadas de estrategia y los errores, periódicos, de la zaga hispalense. Tuvo más el balón el Sevilla, pero también la capacidad de complicarse. Sobre un césped aliado con los resbalones, numerosísimos, algunas elecciones de pase erróneas le complicaron de vez en cuando las cosas a los hispalenses, porque el Benfica en la primera parte mantuvo una línea de presión más avanzada y supo cazar entre los errores de la entrega.

El Sevilla, con más presencia que avisos, vivió unos momentos muy difíciles en las postrimerías de la primera parte, cuando Beto repelió un balón de Maxi después de dudar en la salida y casi inmediatamente le sacó un peligroso lanzamiento a Rodrigo. Justo antes del descanso, Gaitán fue derribado por Fazio en el área en un posible penalti que llegó tras una nueva pérdida.

En el arranque se mantuvo la misma tónica: un Benfica más enchufado que aprovechó un resbalón de Moreno  tras el que Lima, hiperactivo este miércoles, el mejor junto a Luisao en las filas lusas, acarició el gol. Con Beto batido, Pareja evitó el tanto casi bajo palos. Tras este susto llegó la primera gran jugada del Sevilla: un pase de Rakitic para Reyes (min 52), que tiró presionado por Luisao y mandó el esférico fuera por poco. Reyes, dos minutos después, volvería a tantear al meta Oblak. Buena pinta la de este portero que, dicen en Portugal, vigila el Atlético de Madrid.

El Sevilla no había perdido la iniciativa del choque, pero sus propias imprecisiones le daban mucho aire a un Benfica que, con más brega que creatividad, se confió en aprovechar algún lance para encontrar el  gol. En el camino, el Benfica pidió hasta tres penaltis sobre Lima, donde un intento de sombrero de Carriço acabó en una contra que Fazio mandó a córner por los pelos (min 58), donde el único pase decente en profundidad de Gaitán  acabó con Lima dándose la vuelta en vez de tirar (min 79) o donde Beto apareció para frenar un disparo lejano de Lima (min 83).

El 0-0 no se movió y la prórroga derivó en un ejercicio futbolístico más trotón y pausado en el que se prolongó un infructuoso pulso donde Bacca disfrutó de la ocasión más clara. Fue en la primera parte, con el partido en su minuto 100, cuando el genial Rakitic metió un balón excepcional a Bacca, pero el colombiano la pegó demasiado con el exterior y cruzó demasiado el balón. Mediada la segunda parte de la prórroga, con los jugadores sufriendo muchos problemas físicos por la fatiga y el esfuerzo, el 0-0 ya parecía inamovible. Otra Europa League para jugarse en los penaltis… como la que el Sevilla le ganó al Espanyol.

0 - Sevilla FC: Beto;  Coke, Pareja, Fazio, Moreno; Carriço, Mbia; Reyes (Marko Marin, min 77) (Kevin Gameiro, min 103), Rakitic, Vitolo (Diogo Figueiras, min 109); Bacca.

0 - Benfica: Oblak; Maxi Pereira, Luisao, Garay, Siqueira (Cardozo, min 98); Sulejmani (André Almeida, min 24), André Gomes, Rubén Amorim, Nico Gaitán (Iván Cavaleiro, min 117); Lima, Rodrigo.

Penaltis (4-2): Lima: gol; Bacca: gol; Cardozo: falla; M’Bia: gol; Rodrigo: falla; Coque: gol; Luisao: gol; Gameiro: gol.

Árbitro: Felix Brych (Alemania). Mostró cartulina amarilla a Fazio (min 10), Moreno (min 11), Siqueira (min 29), Coque (min 97), André Almeida (min 99).

Incidencias: final de la Europa League disputada en el Juventus Stadium de Turín. Unos 33.000 espectadores.