Rubio, a quien su club tiene limitadas sus apariciones públicas por ser menor de edad, declaró abiertamente que su horizonte inmediato pasa por la consecución de la ACB, pero esta grandeza de miras en el plano colectivo cambia radicalmente en el individual.

El verdinegro asegura que ve aún muy lejos su presencia en la selección española absoluta y "todavía mucho más" el salto a la NBA.

Modesto, el base catalán admitió que ni siquiera esperaba jugar toda esta temporada, sin alternarse entre la plantilla profesional y la júnior.

Una vez "consolidado" en el equipo profesional, Ricky Rubio explicó que su edad no le preocupa, convencido de que sólo tiene que salir a la pista "a disfrutar". Pero no se confía porque considera que "tengo que mejorar todo. No creo que tenga ningún don, sino la confianza de mi equipo".

Sobre su faceta como recuperador, el mejor de la temporada en ese aspecto del juego, Rubio detalló que se basa en "la intuición y las ganas".

El canterano verdinegro repitió que no siente presión por su eclosión en el baloncesto profesional e, incluso, aseguró que la gente no le conoce por la calle gracias a la protección que recibe del DKV Joventut.

Ese empeño de su club por alejarse de los medios de comunicación se justifica, según él, en la imposibilidad de compatibilizar las entrevistas con sus estudios y la carrera deportiva. Aún está en primero de bachillerato.

Entre sus ídolos, Ricky Rubio citó a Michael Jordan y a Pau Gasol, aunque ha pasado de admirarlos únicamente a intentar parecerse "a ellos".

Según Rubio, sus "padres deportivos" son su actual técnico, Aíto García Reneses, y su compañero en la dirección del juego del DKV Joventut, Elmmer Bennett.

"Aíto me ha dado su confianza y Bennett me ha ayudado mucho en la pista y el vestuario", afirma Rubio.