"En cuidados paliativos no alargaron la vida de mi hijo pero sí la ensancharon"

Clavado en una de las macetas del ventanal del salón, un molinillo de viento hace tímidos amagos de girar. Las aspas turquesas y plateadas brillan al otro lado de la cristalera. Este fue uno de los juguetes que las enfermeras de la Unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos (CPP)del Hospital Niño Jesús de Madrid le regalaron a Nacho durante uno de sus ingresos. Ahora que él no está, su familia lo guarda como homenaje a su memoria y signo de gratitud hacia un equipo que tanto les ayudó, y les sigue ayudando, en el peor trance de sus vidas.