Desde esta playa australiana, unos bañistas y desde estas rocas, unos pescadores, han escuchado los gritos de un nadador. Horrorizados han visto cómo un tiburón blanco de unos cuatro metros atacaba a la persona que nadaba muy cerca de la costa. El aviso inmediato a los servicios de emergencia no ha podido evitar la tragedia. El escualo ha desmembrado y matado al nadador ante la mirada aterroriza de varios testigos.
​
​Poco después los rescatistas han hallado en el mar restos humanos. La playa de Little Bay y las colindantes cerca de Sídney han sido cerradas con una comunidad en shock por este ataque mortal que no ocurría en la zona desde hace 60 años.