Más del 40 por ciento de los chavales de 15 a 17 años juega a pesar de estar prohibido por ley. La pandemia ha potenciado el juego online que es mucho más adictivo que el presencial. Uno de cada tres adolescentes que juega entre 1 y 3 veces al mes tiene problemas con el juego y la adicción se dispara cuando cumplen la mayoría de edad, casi se triplica. 

Las más peligrosas son las tragaperras online. Más del 93 por ciento de los que apuestan a las slots están enganchados. Un 0,7% de los menores sufre un trastorno del juego que hay que tratar. El juego patológico es la tercera enfermedad mental que más suicidios provoca solamente por detrás del trastorno bipolar y la depresión.