Crean un hotel en el edificio donde se fundó Nintendo en 1889, y aún conserva detalles de los inicios de la compañía

Imagen de archivo del edificio de Nintendo.
Imagen de archivo del edificio de Nintendo.
WIKIMEDIA
Imagen de archivo del edificio de Nintendo.

Hay multitud de hoteles en los que alojarse en Kioto (Japón), pero seguro que ninguno rezuma tanta historia de los videojuegos como Marufukuro, el hotel que han construido en la antigua sede de Nintendo.

El edificio, situado en una zona tranquila pero bien comunicada de la ciudad, vivió en 1889 todo un hito al ser testigo de cómo Fusajiro Yamauchi fundaba una gran compañía bajo el nombre Nintendo Koppai.

En aquel entonces, la empresa fabricaba y comercializaba un tipo de cartas japonesas, y luego se centró en la estética más occidental de naipes coleccionables.

Conforme crecía el negocio, Nintendo Koppai, que pasó a llamarse Yamauchi Nintendo Co., creó la empresa Marufuku para distribuir sus productos, de ahí el nombre del hotel, Marufukuro, que añade la sílaba "ro" al final para denotar la cualidad de mansión señorial.

En 1959, la compañía trasladó su sede a un edificio más grande, y este lugar quedó vacío hasta que Plan Do See, una empresa de Tokio especializada en la renovación de edificios, la ha transformado en un hotel con la ayuda del arquitecto Tadao Ando.

El hotel abrirá el próximo 1 de abril, aunque ya aceptan reservas a través de su página web, y sus habitaciones dobles -nada baratas- cuestan alrededor de 100.000 yenes (unos 770 euros) con todo incluido.

Entre las instalaciones hay un gimnasio, un restaurante, un bar y un spa, y tiene 18 estancias completamente distintas, entre las que se incluyen 7 suites, todas ellas distribuidas en dos alas diferentes: la nueva y la antigua, con equipaciones más modernas o más clásicas.

Pero que los fans de Nintendo no esperen una decoración sacada de sus videojuegos favoritos, pues la estética que tiene Marufukuro es más bien retro. Aun así, en el pasillo se pueden apreciar algunos de los diseños utilizados en la empresa para sus cartas. Por tanto, el hotel no ofrece una experiencia tecnológica, pero sí un viaje a los inicios de la compañía.

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