OPINIÓN

Para los que no saben lo que es ficción: el caso de 'Escándalo'

Alexandra Jiménez y Fernando Líndez, en 'Escándalo'.
Alexandra Jiménez y Fernando Líndez, en 'Escándalo'.
MEDIASET
Alexandra Jiménez y Fernando Líndez, en 'Escándalo'.
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Dentro de poco Telecinco estrena Escándalo, relato de una obsesión, una ficción que cuenta la historia de una mujer de 42 años que se emperra en liarse con un joven de 15 años y oh, spoiler, la cosa acaba mal.

Pues resulta que con la serie sin estrenar ya han salido usuarios de redes sociales, título para el que no se requiere carnet, ni estudios, ni sentido común siquiera, a criticar la serie porque "romantiza la pederastia". Tócate el aparato reproductor, María Luisa.

Vamos a obviar el hecho de que criticar una serie porque has visto un anuncio y no la propia serie ya desacredita la crítica, para ir más allá.

Esa gente que se ha quejado debe desconocer el concepto de ficción y deben andar aún tristes por la muerte de la madre de Bambi, porque piensan que era de verdad y hay por ahí un cervatillo huérfano amigo de un conejo.

La gente que se queja de que en una ficción aparezcan situaciones inmorales, poco éticas, delictivas y demás, debe querer series en las que solo pasen cosas maravillosas y justas. A esos espectadores los Teletubbies les parece una serie radical que incita a la violencia y la delincuencia. ¿La única serie buena sobre relaciones? Los osos amorosos. Estas personas ven una película de Almodóvar y les da un parraque que lo siguiente que ven es en la tele de la habitación del hospital. 

Es absurdo quejarse porque el argumento de una ficción romantice algo. Es como si nos quejamos porque El niño con el pijama de rayas romantiza a los nazis. ¿Star Wars? Romantiza a los señores con poderes que acaban con la cara chamuscada, vistiendo a lo gótico y cortando manos con espadas láser. Intolerable.

Por no hablar de La sirenita, que romantiza a los pescados que quieren tener piernas. ¿El Quijote? Anima a quedarse loco leyendo muchas novelas de caballería y a atacar molinos. No estoy muy seguro de qué romantiza Avatar.

Mostrar en la ficción una realidad incómoda a menudo es una forma de denunciarla, de exponerla, de hacer pensar sobre ella al espectador. Y Escándalo, relato de una obsesión es ese caso. Con un gran guión y una maravillosa factura, dicho sea de paso. 

El problema es viejo y conocido: personas sin criterio en busca de criticar cualquier cosa viral o con visos de serlo para conseguir un poco de caso.

Y ojo, que una serie o cualquier contenido se puede criticar, que para eso es público y para gustos, colores, pero tiene que hacerse con criterio, con trasfondo y con utilidad. Lo demás es romantizar la tontería hecha tuit.

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