Noemí Galera: "En 'Operación Triunfo' no puedes poner a gente que canta muy bien pero que es una seta"

Noemí Galera, directora de los 'castings' de 'OT 2023'.
Noemí Galera, directora de los 'castings' de 'OT 2023'.
EUROPA PRESS
Noemí Galera, directora de los 'castings' de 'OT 2023'.

Operación Triunfo, el concurso de talentos más longevo de la televisión española y cuna de estrellas como David Bisbal, Manuel Carrasco o Aitana, arranca sus audiciones tras tres años de ausencia para elegir nuevos participantes con la única premisa, aseguran sus responsables, de que sean voces que sepan conectar.

"Es que nosotros no buscamos; encontramos lo mejor", afirma a EFE Noemí Galera, directora de nuevo de la Academia en la que luego se formarán los elegidos y cabeza visible de ese proceso de selección que desde este lunes se pone en marcha en Barcelona, con paradas en los próximos días en otras ocho ciudades como Valencia, Las Palmas, Sevilla o Madrid.

En el camino a la victoria de estos talentos, todo ayuda. "Que sepan tocar instrumentos, que sepan hablar en otro idioma, que sepan componer, que produzcan... pero si no hacen todo eso, tampoco pasa nada", apunta Galera, antes de señalar lo que probablemente les haga distinguirse como potenciales triunfitos: personalidad.

"Obviamente, tiene que haber una convivencia y no puedes poner a gente que canta muy bien pero que es una seta. Si es una seta en un programa de televisión, probablemente luego le cueste enganchar o tener buen feeling con sus fans o en un escenario. No podemos poner a gente que no transmita nada y no tenga nada que decir", insiste.

Galera huye, sin embargo, del término que se ha acuñado para hablar de un tipo de participante "que da juego" en los programas de telerrealidad en la actualidad, el de "personaje". "Es una palabra que me tira para atrás, porque no son personajes, son personas que participan en un concurso", precisa.

Volverán a repetirse así las emblemáticas imágenes de largas colas de caras anónimas identificadas solo por un número y apenas unos segundos para poner a prueba su voz. "Se ve enseguida al que canta mal, igual que al que lo hace bien. Y ante la duda, siempre adentro y ya veremos qué pasa en la siguiente fase", argumenta Galera, antes de reconocer que con algunos de exparticipantes supieron que llegarían lejos desde estas pruebas.

"Yo lo vi claro con Miki, por ejemplo. Y con Alfred. A Amaia, porque ya la conocíamos de otros talent. Y mi compañera Mónica Carbonell, que ahora vuelve con nosotros a hacer la gira de castings, en 2001 vio a David Bisbal y dijo: 'Ojo con él'".

Desde que ese año se emitiera la primera gala de Operación Triunfo, en la que también tomaron parte Rosa López, Bustamante o Chenoa -que en esta próxima edición ejercerá como presentadora del programa-, el perfil de los participantes ha cambiado notablemente.

"La juventud del 2001 no tuvo nada que ver con la de 2017 ni con la de ahora, que están mucho más preparados. Gracias a YouTube y a las redes, tienen más facilidad para acceder a contenidos como tutoriales y están más abiertos de miras. La sociedad es otra y el formato es un poco el reflejo de cada momento del país", observa quien ha estado vinculada al programa desde su origen.

Como parte del equipo que elegía las canciones, como jurado o, en la última etapa, como directora de la Academia, la suya es una perspectiva privilegiada para entender por qué Operación Triunfo se ha mantenido como el concurso de talentos que más ha sobrevivido.

"Porque lo tiene todo: básicamente es un programa musical y ¿conoces a alguien a quien no le guste la música? Después tiene la convivencia, que te permite conocer a tus ídolos durante tres meses y su vida cotidiana, ver cómo crecen, sufren y superan sus retos. Y que es un programa que se hace desde el cariño y eso se transmite, por lo que acaba siendo una gran familia", enumera.

Además, recuerda al espectador que actuar es un riesgo que difícilmente se puede resolver con el piloto automático: "En las galas semanales intentamos enseñarles a manejarse en un escenario como ese, que puedo asegurar que es un pedazo de escenario".

Por primera vez en sus 22 años de andadura, en su duodécima edición, OT deja la televisión en abierto para trasladarse a una plataforma de pago, Prime Video, aunque mantendrá las galas en directo, así como una emisión 24 horas que podrá seguirse asimismo a través de YouTube.

"Si esto hubiera ocurrido a lo mejor hace 5 años, pues ahí habría dicho que no estaba segura de qué iba a pasar, pero lo de las plataformas es algo que está ya muy al día", afirma confiada ante otra edición de éxito.

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