Rafael Amargo ingresó este viernes en los calabozos de la Audiencia Provincial de Madrid, por riesgo de fuga ante el "quebrantamiento reiterado" del compromiso de firmar semanalmente en el órgano judicial. De allí, Amargo fue trasladado a la prisión de Soto del Real (Madrid).
El bailaor se enfrenta a nueve años de prisión por distribuir metanfetamina y otras sustancias desde su casa en el céntrico barrio madrileño de Malasaña. En los registros, los agentes encontraron 100 gramos de metanfetamina, 40 gramos de ketamina y tres botes de popper, entre otras sustancias. El bailarín aseguró que se dedicaban a vender pequeñas cantidades a conocidos, pero que en los últimos tiempos se había "ampliado el negocio".
El ingreso en prisión de Amargo ha afectado también a su familia y círculo más cercano, que vive con preocupación la causa que el bailaor tiene abierta tras haber sido acusado hace tres años por un presunto delito de tráfico de drogas. La noticia ha terminado por pasar factura a la ya delicada salud de su padre, Florentino Amargo, quien ha sido hospitalizado grave, según publican medios como la revista ¡Hola!
Su pareja, Luciana Bongianino, ha reaccionado a su ingreso en prisión, dando sus primeras declaraciones desde que se produjese a Fiesta. Según el espacio de Telecinco, siente una gran incertidumbre respecto al futuro del artista y denuncia que la situación que está viviendo encarcelado es muy injusta y supone un ensañamiento contra su persona. Además, señala que está centrada en la defensa de Amargo y va a dedicar todos sus esfuerzos en ayudarle.
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