Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Las frases míticas de las madres sobre la tele (las que ya no sirven, y las que sí)

Marge Simpson.
Marge Simpson.
Fox
Marge Simpson.

La televisión se ha hecho mayor. Muy mayor. Ha crecido tanto que ha procreado una gran familia, con cadenas hijas, plataformas nietas, redes sociales bisnietas. Ahora hasta el propio espectador graba con su móvil hecho cámara y genera contenidos que comercializan gratis aplicaciones como Instagram o TikTok. El sueño del directivo de televisión más perverso, ganar pasta sin pagar a intérpretes, guionistas, realizadores. No hace falta. Y encima todos regalando jugosa información personal con la que comercializar en otros negociados.

La televisión ya no está en el centro social. Pero sigue siendo el medio de comunicación más masivo, el que más audiencias congrega de golpe. Ahí sigue siendo poderoso. Aunque ya hayan quedado caducas aquellas frases de "Si no sales en la tele, no existes". Algunos las siguen repitiendo. Porque cuesta quitarse las coletillas tan repetidas en los recuerdos a modo de karaoke.

Las celebridades de hoy no necesitan la tele para ser vistas. Tienen más vías que nunca para conectar con su público potencial. De hecho, los famosos son a la carta. Hay para cada gusto del consumidor. La complicidad surge a través de fotos y vídeos que se pueden ampliar en el móvil hasta ver las legañas puestas, las cicatrices curtidas, las lágrimas contenidas, los incipientes pliegues de la piel. Y no hay nada que una más que las arrugas compartidas. Otra frase de madre que se extinguió: "No te arrimes tanto a la pantalla, que te vas a quedar ciego", pues ya estamos todos directamente dentro de la pantalla, ampliando bien la imagen con nuestros dedos. 

Todo cambia. La tele nunca ha dejado de cambiar, nosotros tampoco. La propia pantalla es un reflejo de cómo somos. Algunas mamás se llevaban este concepto a la literalidad cuando nos soltaban aquello de "se te va a quedar la cabeza cuadrada de ver tanto la tele". Ya ni eso, ahora ya tenemos las cabezas rectangulares y los ojos con un filtro belleza de TikTok.

¿Si no sales en la tele no existes? Mirando a nuestro alrededor parece que esta premisa ha girado a "si no agitas, no te miran". En realidad, siempre hemos sido unos mirones del espectáculo del impacto. Pero, al final, la revolución ha sido que cada uno de nosotros nos hemos convertido en un centro emisor que transmite sentimientos. Hasta cuando creemos que no lo hacemos. Las madres tenían razón, ya lo pronosticaron ellas antes que ningún gurú mediático: "¡Vas a acabar dentro de la tele como te pongas más cerca!".

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