Entrevista | Llum Barrera: "Es fundamental caerse bien a una misma"

  • La actriz mallorquina lleva a escena 'Onán. No basta con quererse', en el madrileño Teatro Infanta Isabel.
  • Junto con Fernando Soto e Iñaki Miramón, la artista dará vida al texto de Nacho Faerna hasta el 12 de octubre.
La actriz Llum Barrera posa en el Teatro Infanta Isabel, en Madrid.
La actriz Llum Barrera posa en el Teatro Infanta Isabel, en Madrid.
JORGE PARÍS
La actriz Llum Barrera posa en el Teatro Infanta Isabel, en Madrid.

Es el final de la tarde y llueve afuera. Faltan dos horas para subir a escena y Llum Barrera nos saluda, enérgica y sonriente, en la cafetería del Teatro Infanta Isabel. Allí, junto con Iñaki Miramón y Fernando Soto, representará hasta el 12 de octubre Onán. No basta con quererse (Nacho Faerna). La actriz insiste en que es una obra natural, real. Y lo es, como la vida misma: asentada sobre la base del onanismo, reflexiona -con humor, eso sí- sobre el placer y el sexo (el nuevo y el aburrido), pero también sobre el desgaste de un amor que se vuelve irreparable.

Parece que lo está pasando fenomenal en su vuelta a los escenarios. Tenía un mono que no podía más, y eso que he tenido mucha suerte, porque durante la pandemia he estado grabando tres series y un programa en la televisión autonómica balear. No he parado, pero la obra estaba en el cajón y tenía ganas de que volviéramos a levantarla. Estoy feliz, muy feliz.

¿Qué es lo que más le gusta de Onán? El texto me atrapó desde el primer día. Y mis compañeros los adoro. A Iñaki Miramón hacía años que le conocía, pero nunca había trabajado con él en teatro. Con Fernando Soto, que también es el director, también me llevo muy bien. Esta función es maravillosa, muy Woody Allen. Tiene un ritmo cinematográfico y mucha naturalidad, te la crees. Te atrapa y te golpea.

El público se ríe, pero también hay quienes salen tocados del teatro... Sí, porque tiene situaciones dramáticas que son muy cómicas, sobre todo para quien las está mirando por un agujerito. Hay una discusión muy bestia de una pareja que está rota y lucha por sobrevivir. Se dicen cosas que están escritas con tanta inteligencia que en el peor momento se arranca una carcajada. Pero, claro, no sabes si es de risa, nervios, incomodidad... Con Onán la gente ríe, llora y se vuelve a reír.

¿Cuál es el principio del fin en un matrimonio? ¡Uf! Es que cada pareja es un mundo. Hay gente que se casa, se va de viaje de novios, vuelve y se acabó. Yo llevo más de veinte años con mi pareja y, fíjate, si pasas baches, continúas y los superas, es por algo. Pero creo que cuando dejas de reírte con la otra persona, o ya no hacéis el amor, la relación se ha erosionado. Una pareja es como una cremallera: no hay que abrirla demasiado o se romperán los dientes. Cuando cada uno va por un lado, ¿qué sentido tiene seguir?

En Onán dicen que "proporcionarse un orgasmo es un gran superpoder". ¡Es un gran placer, y es gratis! El punto de partida de la obra es el onanismo. Antes, cuando ibas a confesarte, el cura te decía: '¿Has practicado el pecado de Onán?'. Bueno, solo se lo decía a los chicos. Es curioso, a mí nunca me lo preguntaron, aunque es verdad que iba a una iglesia un poco más hippie y hacíamos confesiones comunitarias, así que de eso nunca se hablaba. Lo bueno y original de la obra es que habla de que todo el mundo se masturba, hombres y mujeres.

¿Hablamos igual de la masturbación masculina que de la femenina? Yo creo que no. El satisfyer, por ejemplo, fue una revolución. Muchas mujeres solteras lo tienen en la mesita de noche, e incluso casadas. Aunque eso, quizás, no es tan común. Algunos hombres se ponen celosos del cacharrito y les dicen: ‘¿Que yo no te basto?’. Se ha normalizado hablar del autoplacer entre nosotras, pero este tema todavía cuesta un poco. Además, nosotras también dejamos a tíos porque no practican sexo lo suficiente. Luego están los que dicen: ‘A mi exnovia es que no le gustaba follar’. Bueno, a lo mejor es que no teníais buena conexión.

La actriz Llum Barrera posa en el Teatro Infanta Isabel, en Madrid.
La actriz Llum Barrera posa en el Teatro Infanta Isabel, en Madrid.
JORGE PARÍS

Confiesa que se pasa la vida haciéndose preguntas a sí misma. Porque muchas veces pienso que se me va la vida y no he hecho todo lo que querría hacer, soy muy ansiosa. Eso lo he sacado de mi madre, que no hizo más cosas porque la vida no le dejó. Si hubiera nacido ahora, habría sido una revolucionaria. Como ella, siempre quiero aprender, quiero tener la ilusión de levantarme, de salir. Siempre me planteo si estoy consiguiendo las metas que me he propuesto a corto plazo, si lo estoy haciendo bien, si estoy cuidando a mis seres queridos y si me gusto yo. En la vida, para mí eso es fundamental, caerse bien a una misma. Hacerse preguntas es una forma de autoterapia.

¿Por eso saltó del periodismo a la interpretación? La verdad es que yo siempre había querido hacer interpretación, pero en mi época no estaba de moda lo de ‘la niña quiere ser artista, vámonos a Barcelona y que estudie teatro’. El psicólogo de mi instituto, en Mallorca, le decía a mi madre que yo tenía que estudiar interpretación. Y mi madre dijo que no, que ni hablar.

¿Fue lo correcto? Mi madre hizo bien. Pasé cinco años en la facultad que fueron oro. Sigo manteniendo a mis amigos y las cosas que viví no las cambio por nada. Fue al acabar, mientras estaba trabajando, cuando pensé en hacer un curso de voz. Me gustaba mucho la radio, y como había hecho prácticas en la SER, probé. Fueron mis amigos de la sección de interpretación los que me dijeron que esto era lo mío. De repente, cambió mi vida.

La actriz Llum Barrera posa en el Teatro Infanta Isabel, en Madrid.
La actriz Llum Barrera posa en el Teatro Infanta Isabel, en Madrid.
JORGE PARÍS

¿Qué opina de quienes tratan el éxito de las mujeres cómicas como algo anecdótico? Partimos de la base de que en este país no se respeta a los cómicos. Así que, si la comedia se respeta poco, a las mujeres cómicas muchísimo menos. Ellos pueden hacer chistes de cualquier cosa, pero nosotras no. Y no es verdad que estemos hablando todo el día de la regla. En EE UU se respeta más a las cómicas, pero aquí no. Muchos hombres piensan: ‘Si no estás buena, ¿qué haces aquí?’.

¿La crítica valora más los papeles dramáticos que los de comedia? En España falta mucho respeto, te vas a otro país y la cosa cambia. En Francia, por ejemplo, son muy esnobs, pero te valoran más. A veces leo cosas como ‘incluso la actriz cómica televisiva no desentona…’. Jolín, llevo 27 años haciendo estas cosas. Puedo hacer otros papeles. Hago comedia, pero también drama. Y tengo la inmensa suerte de tener vis cómica, que eso me ha abierto muchísimas puertas. Cuando llegué a Madrid había chicas jovencísimas y maravillosas yendo a por un papel y yo, gracias a mi labia y a mi chispa, conseguí muchas cosas.

bio

  • Nacida en Mallorca en 1968, María Llum Barrera San Juan estudió y ejercióel periodismo. Sin embargo, tras su paso por el Institut de Teatre de Barcelona ha protagonizado decenas de papales en cine ('Princesas'), ficciones televisivas ('Aquí no hay quien viva') y obras de teatro ('La llamada'). En televisión también concursó en el programa 'Tu cara me suena'.

Este mes se despidió de Socorro en Amar es para siempre. ¿La echa de menos? ¡Ay, la Soco! La echo de menos, sí. Y al equipazo que tienen en Amar, también. Son muchos años, 17 temporadas ya. Después sentí un poco de síndrome de Estocolmo, quería que me secuestraran otra vez,. Pero bueno, siempre pienso que las cosas pasan por algo. Pasé diez meses maravillosos… Otro personaje nos llegará en televisión.

¿Cuál le ha dado más alegrías? Siempre pienso en el último que he hecho. En La caza. Tramuntana, Teresa era un personaje tan comedido y contrario a mí que me encantó darle matices. Ese papel lo compaginé con el de la Soco, que tenía sus luces y sombras y me ha dado mucha felicidad.

¿Tiene más proyectos en mente? Después de muchos años de multitarea, de momento estoy solo con esto. Pero me va bien, porque quería tener tiempo para otras cosas.

Usted hace sonreír a mucha gente. ¿A Llum Barrera qué le hace reír? ¡Cualquier chorrada, que yo soy mu tonta! Aunque lo que más me gusta es la ingenuidad, la espontaneidad... Tengo la risa fácil, y soy buena espectadora de compañeros: cuando me río lo hago muy fuerte. Así los animo.

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