El accidentado estreno de Isabel en 'Maestros de la costura 5': "¡Se ha atravesado el dedo!"

Isabel Gomila, con la máquina de coser en la que se hirió un dedo en 'Maestros de la costura 5'.
Isabel Gomila, con la máquina de coser en la que se hirió un dedo en 'Maestros de la costura 5'.
RTVE
Isabel Gomila, con la máquina de coser en la que se hirió un dedo en 'Maestros de la costura 5'.

La subcampeona de Maestros de la costura 2 tuvo un aparatoso accidente en el estreno de la nueva edición, que cuenta con seis finalistas veteranos y otros seis nuevos aprendices. Isabel Gomila tuvo un desliz de lo más doloroso, pues se pinchó con una de las agujas mientras cosía.

Y es que, a la holandesa se le quedó la mano atrapada en la máquina de coser, provocando un gran susto entre quienes la rodeaban, que exclamaron: "¡Se ha atravesado el dedo con la aguja". Eso sí, lejos de frenar su empeño, la veterana se esforzó hasta el final y dejó "el dolor" para después, pues estaba en la prueba de expulsión y se jugaba seguir concursando en el talent de costura. 

La tenaz aprendiz recibió la ayuda del equipo médico del programa, pues así lo requirió la presentadora del mismo, Raquel Sánchez Silva, y siguió cosiendo con la tirita que le colocaron los profesionales. Isabel consiguió quedarse y su tesón fue muy valorado por los jueces. "Otros habrían tirado la toalla por muchísimo menos", comentó un sibilino Lorenzo Caprile.

Para quien no recuerde a la finalista, además de llegar a la recta final de Maestros de la costura 2 con honores, protagonizó un romántico momento cuando su marido le pidió matrimonio en directo. Pero la cosa no quedó ahí: tal era su amor por la costura que fue ella misma quien se confeccionó su vestido de boda, un trabajo en el que invirtió tan solo 45 euros.

Además, puede presumir de haber vestido a la mismísima Chanel, la representante de España en Eurovisión 2022 con su SloMo. Es una de las aspirantes que más ha rentabilizado su paso por el programa, llegando a fundar su propio taller.

Pero como tantos otros negocios, se vio obligado a renovarse con la llegada de la pandemia, e Isabel pasó de diseñar vestidos de fiesta a unos elegantes kimonos con ornamentaciones florales con los que dio fe de su versatilidad como diseñadora y su capacidad de reinvención. 

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