La catástrofe provocada por la erupción del volcán Cumbre Vieja pone cada vez más nerviosos a los habitantes de La Palma. Las autoridades de la isla han habilitado algunos lugares para que los ciudadanos que han sido desalojados puedan continuar, de alguna manera, con sus vidas. Sin embargo, en algunos de estos refugios no se permite la entrada de animales.

Este es el caso de Natalia, una joven que tenía un perro y tres gatas. Ante la situación, la mujer optó por dejar a sus mascotas en un refugio habilitado por una asociación que, en un principio, se comprometía a cuidar de los peludos.

Desde el centro, han informado a Natalia de que sus animales nunca llegaron allí. No obstante, tras insistir en ver con sus propios ojos las gateras, encontró a una de sus gatas y, además, descubrió los papeles que se firmaron cuando se dejó a las mascotas en el lugar.

La mujer ha denunciado en Espejo público que, tras hablar con las empleadas de la asociación, se encontró con otro problema: animaron a denunciar a otra de las empleadas o exempleadas para conseguir que la despidieran. Ante las dudas, Natalia se puso en contacto con la presidenta de la asociación, quien, asegura, "se puso muy agresiva".

Finalmente, Natalia optó por denunciar la situación. La presidenta de la asociación, lejos de ponerse de parte de la mujer, le dijo a Natalia que, entonces, sus animales no aparecerían nunca y que, además, desde ese momento, no recibiría ayuda por parte de la asociación para dar con el paradero sus gatas.

Natalia ha denunciado que, incluso, le mostraron un vídeo en el que se podía ver a los empleados discutiendo delante de los animales, lo que los alteraba. La mujer ha explicado que, a día de hoy, prefiere saber la verdad y que si los animales se han escapado le informen de ello para comenzar a buscarlos en otra parte. Además, Natalia ha agregado: "Cuando hablamos con estas personas nos hacen sentir mal y no asumen la responsabilidad".