Carlota Corredera sentencia a quienes cuestionan el intento de suicidio de Rocío Carrasco: "¿Ignorantes o malas personas?"

Telecinco emitió este miércoles el episodio número 7 de Rocío, contar la verdad para seguir viva, el documental sobre la parte más oscura de la vida de la hija de Rocío Jurado. Antes de que la protagonista del programa interviniera en directo para anunciar que estaría en la próxima emisión para aclarar las dudas que pudiera haber suscitado la información revelada a lo largo de las últimas semanas, Carlota Corredera hizo un poderoso alegato.

¿El motivo? Todas la rumorología que ha envuelto el intento de suicidio de Rocío Carrasco por parte de quienes cuestionaban sus intenciones y el método que utilizó, llegando a ridiculizarlo, como algunos colaboradores de El programa de Ana Rosa o el diario El Mundo.

La presentadora ha dejado clara la diferencia entre testimonios y hechos documentados, diciendo que estos últimos no son cuestionables. "La pandemia es un problema sanitario y la violencia de género uno social. Ambos son verificables con datos, por lo que son irrefutables: La Tierra es plana y Rocío Carrasco una víctima".

En esa línea, mostró y leyó las pruebas del intento de suicidio de Carrasco. Las habían aportado dos hospitales diferentes pues, durante aquel fatídico hecho de 2019, fue ingresada en un centro sanitario y, posteriormente, derivada a otro. Ambos documentos no dejaban lugar a dudas: Carrasco se había intentado quitar la vida ingiriendo un total de 39 pastillas diferentes.

"Se tomó 2 blísters y medio de 15 pastillas, así que un blíster y medio serían 22. Si las sumamos todas nos salen 39 pastillas. Un coctel de ansiolíticos, antidepresivos y tranquilizantes que puede ser letal. Han asegurado que se lo había inventado todo. La única verdad es que se tomó 3 tipos de pastillas diferentes", explicó Corredera, que leyó un informe del Hospital NH de Puerta del Sur: "Ingresó en psiquiatría tras una sobreingesta de medicamentos con intención autolítica".

Después, la gallega manifestó la incomodidad de tener que aportar dichas informaciones, pues el formato había decidido simplificar los detalles (diciendo solo que habían sido tres tipos de pastillas y no las cantidades), porque lo consideraba un hecho muy íntimo y del cual no querían hacer "pornografía". 

Por último, calificó como "abominable y denunciable" el hecho de que se cuestionara algo tan duro, "dando argumentos para los verdugos y contra las personas vulnerables", reflexionó sobre si quienes habían dudado eran "ignorantes o malas personas" y reiteró que la hija de Rocío Jurado "es una víctima".