Así fueron los encuentros furtivos entre Julián Muñoz y Mayte Zaldívar en la cárcel de Alhaurín de la Torre

Julián Muñoz, en un fotograma de su 'docuserie'.
Julián Muñoz, en un fotograma de su 'docuserie'.
Mediaset
Julián Muñoz, en un fotograma de su 'docuserie'.

La segunda parte de la docuserie sobre Julián Muñoz, llamada No es la hora de la venganza, es la hora de la verdad, vio la luz este viernes 21 de enero. En ella, el expolítico contó cómo se fraguó y cómo se desarrolló uno de los mayores casos de corrupción urbanística que se han dado en España, pero también se explayó recordando algunas de sus experiencias en la cárcel. 

El que fuera alcalde de Marbella se mostró especialmente afectado al hablar de cómo abandonó a sus hijas durante varios años, pero también sacó a pasear la nostalgia al recordar su amor a primera vista con Mayte Zaldívar. Muñoz reconoció estar arrepentido por cómo gestionó su relación con la castellonense y por haberle sido infiel.

También reconoció sus intentos por librar de la cárcel a la madre de sus hijas, -cosa que le resultó imposible y que jamás se le "pasó por la cabeza" con Isabel Pantoja- y describió cómo ambos se comunicaban cuando coincidían en la prisión de Alhaurín de la Torre, en Málaga, algo que dijo que le ayudó mucho durante esa dura etapa de su vida, aunque la pareja ya había roto su matrimonio formalmente. 

"Yo veía la ventana de la celda de Mayte desde el patio y casi todos los días, a las ocho, cuando bajábamos a desayunar, me iba al patio y desde ahí le saludaba y le daba los buenos días", recordó el expolítico, que confesó que llegaron a tener sus propios códigos para hacerse saber cómo estaba su familia en el exterior.

Así, señalaban con un dedo hacia arriba para decir que la información era buena, y hacia abajo para lo contrario. Además, Muñoz quiso dejar claro que los funcionarios de la cárcel no le impedían saludar a su exmujer y que incluso en alguna ocasión le avisaron para que se encontrara con ella, alegrándole el día.

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