Arturo Valls: "El vértigo de un programa nuevo se convierte en emoción y en reto, eso me motiva"

El presentador se pone al frente de ‘El 1%’, un concurso de Antena 3 que reta a 100 personas.
El presentador se pone al frente de ‘El 1%’, un concurso de Antena 3 que reta a 100 personas.
El presentador se pone al frente de ‘El 1%’, un concurso de Antena 3 que reta a 100 personas.
El presentador se pone al frente de ‘El 1%’, un concurso de Antena 3 que reta a 100 personas.
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Si hicieran un examen de lógica a toda la población española, ¿estaría usted entre el 1% de los más listos? Averiguar eso es lo que propone El 1%, el nuevo concurso de Antena 3 que se estrena hoy miércoles (22.45 h).

El formato, que presenta Arturo Valls, pone a prueba a 100 concursantes, que deben llegar a responder correctamente 15 preguntas que van creciendo en dificultad y tras las que podrían ganar hasta 100.000 euros.

Cada entrega consta de 15 preguntas. Estas cuestiones han sido contestadas previamente por más de 1.000 personas en un estudio de testeo a una audiencia amplia y representativa de la sociedad española. Si bien la primera pregunta la acertaría el 90% de la sociedad, la pregunta 7 cae a un 40%, la pregunta 10 a un 25%, la pregunta 13 a un 10% y la pregunta 15 a ese 1% de la sociedad.

En la primera entrega de El 1% además de los concursantes anónimos estarán Miguel Lago, Soraya Arnelas y Nicolás Coronado. En el resto de programas habrá caras conocidas como Raquel Sánchez Silva, Eva González, Lolita Flores, Secun de la Rosa, Supremme de Luxe o Alberto Chicote, entre otros.

Este programa no se basa en conocimientos, ni en cultura general, sino en la lógica y en el sentido común, ¿cómo andamos de eso en este país?Bueno, bastante bien. Mejor los concursantes que los dirigentes, a los que parece que les falta bastante sentido común. Lo que mola es que es un concurso muy democrático, porque puede participar muchísima gente. No necesariamente tienes que tener grandes conocimientos culturales, ni títulos universitarios, sino que tienes que hacer valer tu sentido común y tu lógica. Es muy interesante ver como de repente un ingeniero, que cualquiera hubiera apostado por él para que llegara a la final, no ha llegado, por ejemplo, y una persona con menos con menos conocimientos, con menos preparación cultural, pues de repente tiene más lógica y tiene una visión que le ha hecho llegar más lejos. Eso mola y se ve mucho en el programa.

¿En qué tipo de preguntas andamos más cortos y en cuáles más sobrados?Todas están en ese paraguas de la lógica y el sentido común, pero a lo mejor en las que eran más visuales la gente acertaba más, las que era por ejemplo correlaciones.

¿Siente un poco de vértigo por ser un programa nuevo que no se ha hecho nunca en España?No, a mí al revés, al revés. El vértigo se convierte en emoción y en reto. A mí en todo lo que sea probar cosas nuevas y arriesgar un poco, ahí me vas a ver. Imagínate cuando me plantean un programa con diez agujeros y diez concursantes y que si fallas te tiro por hueco… (Risas) o un famoso cantando debajo de una máscara de pepinillo, esas propuestas a mí me encantan. Y en este caso igual, hay cien concursantes que no público. Y los concursantes forman esa especie de circo romano y hay que manejar todo y a todos, y con este tipo de preguntas... la verdad es que me parecía un reto increíble. Esto me motiva bastante.

¿Parte del éxito de su carrera es por ser entonces un poco kamikaze?El éxito profesional no sé si tiene que ver con eso, pero el éxito personal sí. Responde a eso, a buscar estímulos. Cuando ya uno lleva diez años haciendo algo, pues ya le apetece probar otras cosas nuevas. Lo de acomodarse a mí no me ha funcionado nunca. He seguido un poco esa norma, lo mismo que pasar de un género a otro, de pasar del entretenimiento a la ficción... todo tiene que ver con eso, con el estímulo, con el buscar la ilusión. O sea que mi carrera sí que estaría un poco eh encaminada por ahí, siguiendo ese principio.

Arturo Valls, en el plató de 'El 1%'.
Arturo Valls, en el plató de 'El 1%'.
ATRESMEDIA

¿Cuántas veces supo la pregunta del 1%?Nunca, nunca. Como presentador siempre pasa que te quieres poner a jugar, pero tienes que estar pendiente de otras cosas, del ritmo del guion, de qué viene ahora, la luz de no sé qué, la cámara... Claro, tú te ponías a jugar y a veces eso es fundamental, porque si tú no te implicas y entiendes el formato, no sale bien.

¿Eso le pasó alguna vez?Yo recuerdo al principio de los principios, cuando empecé a hacer concursos, que yo venía del periodismo y no entendía mucho el ¡Allá Tú!, cuando lo presenté. Y estaba ahí con las cajas y yo no entendía nada. Yo me puse a presentar como un poco kamikaze, hasta que dije 'bueno, voy a ver si me aprendo ya la mecánica del concurso, porque si no…’ (risas).

¿Qué engancha de El 1%?Lo que tiene El 1%, es el pique que tienes por contestar ese tipo de preguntas, porque las ves accesibles y te picas, sobre todo por la presión de que si esto el 80% de la gente que ha sido encuestada y la ha acertado, a ver si yo no voy a ser capaz.

Claro, puede tocarte la autoestima...Cuando hacemos la pregunta del 90%, que la ha adivinado el 90% de la gente a la que se ha encuestado, y va Paco de Zaragoza y la falla, tienes que preguntar, "¿Paco qué ha pasado? ¿En qué estabas pensando?", y eso es divertido.

En un concurso como este no solo se compite contra los conocimientos o contra tu propia lógica, sino contra los nervios...Esto es un clásico, cuando dicen "yo en casa las acertaba a todas". Pero claro, en casa no hay un millón y pico de personas mirándote, ni estás pensando ya en los de la oficina al día siguiente, o en los del pádel y en qué te van a decir, que vas a pasar unos días regular. Eso nos pasa a todos.

¿A usted también?A mí me pasa con el tenis, por ejemplo. Cuando estás entrenando estás jugando de maravilla. Empiezas a competir, a jugar un partido con alguien y empiezas a puntuar y se te encoge el brazo. Pues esto es lo mismo.

¿Veremos en El 1% un buen despliegue de chistes malos?Hombre, pues alguno cae, la cabra tira al monte. Y es verdad que el prime time requiere un poquito más de solemnidad, sin pasarse, pero como la naturaleza de uno es la naturaleza de uno... Estamos un poco un poquito más comedidos que en un programa de tarde, donde había más carta blanca para la diversión. Aquí está un poquito más equilibrado, pero hay mucha coña con los concursantes. Eso sí, los 100.000 euros de bote que se pueden llevar en cada programa te dan un puntito un poquito más solemne.

¿Alguna vez se queda un chiste dentro? ¿Le cuesta mucho reprimirse?Pues la verdad es que no, hay veces que son tan malos que te pones tu propio filtro. O a veces te tiraban por el pinganillo, desde dirección, algún algún subdirector, alguna broma y tú mismo decías mira, por aquí sí que no paso (risas). Esto era muy gracioso porque se me veía ahí la sonrisilla de decir no, esta no la tiro. Pero no, tampoco me lo suelo me los suelo guardar.

¿Propuso algún crossover con Ahora caigo para que hubiera trampillas?La cosa circular ya me recordaba un poco a Ahora caigo, sí, pero claro, imagínate, cien trampillas hubiera sido una locura.

¿Cómo ha vivido las noticias sobre el fichaje de Broncano y La resistencia por RTVE? That's My Jam, que presenta usted, también fue aprobado…Pues Juego de Tronos total. Esta es una pregunta que no saldría en el 1% (risas).

¿Cómo se seleccionaban las preguntas para El 1%?Creo que esto venía dado por el programa original. Hacen un estudio del tipo de preguntas que se pueden hacer. Lo curioso del programa es que hay concursantes que caen en la pregunta del 80%, y de repente le preguntas si hubiera acertado la pregunta del 10% y es posible que la acertara o te dicen "esta me la sabía". Es muy curioso el programa porque tu cabeza funciona de diferentes maneras, tu visión lógica, tu manera de razonar en según qué preguntas es diferente y esto es lo que lo hace más emocionante y más interesante.

¿Cómo cree que quedaría España en una versión internacional de El 1%?Pues yo creo que bien. Aquí tenemos esa cultura, tras tantas civilizaciones que han pasado por nuestro país y que nos han dejado un poso de sabiduría, ese saber que tiene que ver con la lógica y no tanto con el conocimiento, que ahí a lo mejor andamos un poco peor. Pero de sentido común yo creo que la gente es muy sabia.

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