Entrevista

Àngel Llàcer: "A los actores de mal carácter no los trato, quiero buenos artistas y buenas personas"

Àngel Llàcer, en el patio de butacas de un teatro.
Àngel Llàcer, en el patio de butacas de un teatro.
Daniel Perez Garcia-Santos / Getty Images
Àngel Llàcer, en el patio de butacas de un teatro.

El musical The Producers (Los Productores)es uno de los más celebrados de la historia del teatro. No en vano, cuenta con el récord como musical más premiado de cuenta la historia de los EE UU. La obra, recién llegada al Nuevo Teatro Alcalá de Madrid, narra la historia de dos tipos que acaban metidos a productores teatrales con un maquiavélico plan: hacerse ricos con el dinero de los inversores montando el peor musical de la historia. 

Creado por el humorista Mel Brooks y estrenado en 2001 en EE UU (basado en la película homónima de 1967), The producers tiene 12 Premios Tony. Con dirección musical de Manu Guix y Gerard Alonso y orquesta en directo, cuenta con coreografías de Miryam Benedited. Está protagonizado por 24 actores y bailarines encabezados por Armando Pita, Ricky Mata, Àngel Llàcer y Mireia Portas.

The Producers cuenta con Enric Cambray y Àngel Llàcer como directores de escena. Hablamos con este último, que además, es uno de los actores del musical.

¿Cómo es dirigirse a uno mismo? ¿Es más fácil o más complicado?La verdad es que ya lo hice con La jaula de las locas y es el mismo sistema. En The Producers trabaja Oriol Burés, que hace los papeles que hago yo y es un actor maravilloso. Los días que no lo hago yo, lo hace él, compartimos papel. Durante los ensayos yo lo dirijo a él. Y como es tan bueno, siempre lo hace genial y luego llego yo y lo imito (risas). La verdad es que es así. Lo hago exactamente así.

Es toda una simbiosis entre actor y director…La gracia de dirigir es que no sepas nunca donde llega el director y donde llega el actor. Que te preguntes ¿esto era idea mía o era idea tuya? Al final nadie sabe, y cada uno se apropia la idea como diciendo "esto lo he hecho yo".

¿Cómo equilibra su criterio con el del actor? ¿Hasta dónde puede decir "en esto me impongo, en esto confío en él"?Es un trabajo muy psicológico también, es decir, tú tienes que llegar donde tú quieras sin que el otro se dé cuenta. Vas decidiendo y vas probando. Lo importante es el casting. Ahora está de moda que cuando el casting ya está hecho y tienen a los actores que les gustan, hacen una cosa que yo he hecho toda la vida, que es que los juntan y hay dos días que está todo el mundo junto, se ven, se conocen y todo el mundo interactúa con todo el mundo, es una cosa de energías. Vas viendo si esa persona va a cuadrar con esa otra… Un casting no solo es el talento del actor que tienes delante, sino es crear una compañía y tienes que crear una compañía que se lleve bien y que tenga una energía positiva que vaya más allá y que se sumen. Por eso la gente no entiende por qué no los cogen en los castings aunque lo hagan bien. Es decir, tú puedes hacer un casting muy bien y que no te cojan.

¿Ese no es el fin de los actores divos o de las actrices divas, de carácter difícil?Yo a estos no los trato, porque al final yo siempre pienso lo que te queda de un espectáculo es la energía que desprende. Espectáculos buenos hay miles. ¿Qué te hace especial? La energía que tú dejas en un espacio. Todos mis actores son buenísimos y yo soy muy exigente, pero siempre lo hago desde la tranquilidad. Es como cuando un padre se impone sin tener que hacer nada. Quiero coger buenos actores y buenos artistas, pero que también sean buena gente y que se lleven bien con los demás. En el momento en que tenga una manzana podrida, no me sirve de nada.

'The Producers', con Àngel Llàcer.
'The Producers', con Àngel Llàcer.
DAVID RUANO

¿Por qué pasa eso de los actores venidos a más?Al final todo lo de los egos y los divismos es una cosa de inseguridad. Te sientes inseguro y quieres ser más. A lo mejor de pequeño te dijeron que tú tenías que ser el mejor y te proteges como puedes de yo que sé qué. Cada uno psicológicamente hace lo que puede para sentirse mejor. Muchas veces la gente quiere ser mejor que el otro y para eso hay muchas maneras. Una es menospreciando a los demás, la otra es currándotelo tú. 

¿Sirve de algo esa carrera para ser el mejor?Hay quien acaba autoexigiéndose más de lo normal y al final tienes que entender que ser mejor que el otro no significa nada y no sirve de nada. Es subjetivo. ¿Qué quiere decir ser mejor? Nada.

¿Oué hace que The Producers no pierda actualidad, estando basado en una película de 1967?Hicimos la primera función aquí en Madrid y la gente se meaba, se descojonaba. Yo creo que Mel Brooks es el rey del humor. Los gags que hacen no caducan porque el ser humano tampoco evoluciona tanto, no hemos evolucionado. Tenemos unos sentimientos que hace miles de años ya teníamos y nos reímos de las mismas cosas y queremos de la misma manera. Lo que va cambiando son las tecnologías, el mundo a nuestro alrededor, pero el ser humano, no. The Producers es un clásico porque se inspira los clásicos de de Broadway y estas estructuras clásicas siempre gustan.

The Producers es el musical más premiado de la historia, ¿eso es ir sobre seguro o no te garantiza nada?Esto es como cocinar. Puedes saber cocinar, pero un día a lo mejor te sale mal el arroz. Es verdad que si tú tienes práctica en hacer el arroz y cuanto mejor sean las gambas que vas a poner para hacer la paella, pues mejor será. Si tú tienes ingredientes buenos, es más fácil. The Producers tiene una música brutal y tiene unos números extraordinarios y nosotros tenemos una trayectoria ya después de La jaula de las locas y de Cantando bajo la lluvia. Esto es naturalmente es lo que nos tocaba hacer, porque tiene la comicidad y el humor de La jaula de las locas y la espectacularidad y el glamour de Cantando bajo la lluvia.

The Producers tiene mucho de humor negro, ¿es el género del musical una isla en lo políticamente correcto?No lo sé… yo creo que Madrid es una ciudad, con menos complejos, por lo que he notado. Hemos estado toda la temporada en Barcelona y en muchas cosas no se reían y hemos llegado aquí la gente se ríe sin complejos. En cualquier caso, tú te puedes reír de todo y luego no pasa nada. Es verdad que hay gente que se ofende muy fácilmente... En el caso de The Producers poco, porque aquí no nos toca nada de la historia, con los judíos y el Hitler rosa…

La gente solo se ofende cuando se meten con algo suyo, ¿no?Cuando están atacando al otro, entonces tú te ríes. Esto me pasa a mí en la vida. Yo siempre tengo mucho sentido del humor y siempre me meto con todo el mundo. Si me meto conmigo o con los demás la gente se mea. Pero cuando le toca a uno es cuando dice algo. Me hacía gracia cuando lo decías sobre otro, ahora no. Los límites del sentido del humor Mel Brooks los juega muy bien, porque es verdad que va hasta el final. Él decía que la manera de vencer a Hitler es conseguir que todo el mundo se ría de él. Y en The Producers todo el mundo se ríe de Hitler.

¿Tienes miedo al silencio en el patio de butacas?Es que no pasa. Yo hago que todo el mundo nos lo pasemos muy bien en el escenario y cuando la gente se lo pasa bien en el escenario, tú quieres estar ahí, tú quieres compartir esa fiesta. Como artistas tenemos que compartir eso, lo que vamos a hacer es una noche única. Nosotros tenemos un guion, unas canciones, pero lo que hagamos hoy no lo haremos igual otro día, porque no saldrá exactamente igual nunca. Es como una comunión que tienes que tener con el público. Si no me divierto yo, no te vas a divertir tú que estás en la butaca.

¿Hablando de Hitler, cómo ha llevado ser un Hitler rosa?Pues mira, la verdad es que bien. Cuando empecé la carrera en los 90 hice una obra en la que hacía de Himmler, una obra que se llamaba Mein Kampf. Era un texto que explicaba cómo se creaba el monstruo, cómo se creaba Hitler. Yo hacía de Himmler y cocinaba un pollo. Era como una metáfora del Holocausto y cocinaba el pollo y quedaba todo el teatro con un olor a pollo... Yo iba explicando cómo se hacía, incluso fui a una pollería a aprender cómo se hace un pollo entero. A través de eso yo explicaba el genocidio de los judíos. Ahí sí que tuve que hacer un ejercicio de entender cómo era un monstruo, un nazi. Aquí está en tono de comedia, que la única cosa que hago es vestirme de rosa y cuanto más nos riamos, mejor. No ha sido un trabajo actoral para hacer de Hitler.

Han hecho cambios en la escenografía…Es que es verdad que lo de las esvásticas y todo esto nos queda cerca a nosotros. La Segunda Guerra Mundial a nosotros nos queda muy cerca. Este musical lo hacen en Estados Unidos, y ellos participaron en la Segunda Guerra Mundial, pero no lo tenían territorialmente cerca, pero aquí en Europa, sí. Hubo un momento que escenográficamente pusimos muchas esvásticas y a mí me impactaba y pensaba que la gente se tiene que reír, pero de pronto con las esvásticas... las quité y puse unas cosas de Hitler, como unas siluetas con el bigotito y llené el escenario de esto en lugar de las esvásticas, para no confundir al espectador y que tuviera que pensar si reírse o no.

Ha sido jurado muchas veces, ¿cómo lleva usted la crítica?La crítica, si es buena, perfecta y si es mala, pues mal (risas). A mí me da igual porque piensa que yo soy un personaje público desde hace veinte y no sé cuántos años y he oído tantas cosas de mí, se han dicho tantas cosas y tales barbaridades que eso a mí ya me da igual. Me puede saber mal por los actores cuando les hacen una crítica, pero no me pasa mucho. Normalmente hago bien mi trabajo y tú puedes decir “me ha gustado o no me ha gustado”, pero yo lo que intentaré siempre es que esté bien hecho. La calidad yo te la ofrezco y no es una cosa de soberbia mía, yo sé que lo que te voy a hacer está bien y luego te puede gustar o no y ahí ya no entro. Hay tanto trabajo detrás de todo esto… no me gusta esa manera de destruir una película, por ejemplo. “Es una mierda”, una mierda no será... otra cosa es que no te haya gustado.

Tendrían que decírselo a Boyero...Pero es lo que yo te explicaba de las personas que necesitan hacer cosas para ser. A lo mejor este señor necesita hacer esto para ser alguien. ¿Por qué has hablado de él? Porque ha hecho todo eso.

El espectáculo va un poco de dos productores que quieren dar un pelotazo y se quieren quedar con la pasta de los de los inversores consiguiendo que la obra sea un fracaso. ¿Lo de hacer teatro es por dar el pelotazo o por vocación?
Es vocacional, seguro, porque es un sector de miseria. ¿Cuántos actores hay que se ganan la vida siendo actores? Es que tenemos que hacer 50.000 cosas para ganarnos la vida. Es es absolutamente vocacional. Si tú haces teatro porque te gusta el dinero, no lo vas a encontrar en el teatro, lo vas a encontrar en otras partes, si tienes suerte.

¿Como en la tele?Por ejemplo. A mí me tocó la lotería con la tele, siempre lo digo. Me tocó la lotería porque me ha dado una seguridad económica que me ha permitido hacer muchas cosas de teatro que no podría haber hecho. Siempre que me dicen ¿quieres un número de lotería? Yo siempre digo que no, que a mí ya me tocó. Y lo pienso de verdad. Tengo la gran suerte de trabajar en tele desde hace más de veinte años. He hecho tres grandes programas como Operación Triunfo, Tú sí que vales y Tu cara me suena, que ahora vuelve a empezar y que lleva 13 años. Hice no sé cuántos Tú sí que vales... al final sumas y he programas muy grandes. He tenido esa suerte y eso me ha permitido económicamente estar tranquilo.

¿Fue algo buscado? ¿Cómo acabó en la tele?Pues la verdad, fue porque yo veía Operación Triunfo en mi casa y estaba Manu Guix de profesor y no tenían un profesor de interpretación, no existía, no se lo habían planteado. Yo era joven, tenía 27 años y era amigo de Manu, porque habíamos hecho teatro y habíamos hecho un musical, La Flauta Mágica, un espectáculo que fue un éxito rotundo en todo el mundo. Y entonces yo le decía “Manu, es que estos chicos necesitan saber qué cantan. Y me dijo “pues ven un día conmigo y tú les explicas”. Fui allí y les dije que esos chicos no sabían qué cantan y que necesitan a alguien que les dijera qué significaban las canciones, desde dónde las tenían que cantar. Y ahí me quedé. Y después pasé a ser director de la Academia. Así llegué.

¿La clave del éxito puede ser entonces esa máxima de que ‘el que no llora, no mama’?Uy, son muchas cosas, el éxito no se puede resumir. Primero, el carácter que te ha tocado, eso es muy importante. Depende del carácter que tengas, serás más o menos exitoso. Tienes que ser incansable, con capacidad de trabajo, empático, simpático, trabajador, limpio, puntual... hay muchos, muchos factores. ¿Cómo se consigue el éxito? Yo creo que trabajando y sin pensar en el éxito. Nunca pienses en que esto es éxito y que esto es fracaso, porque fracasar hemos fracasado todos muchas veces y el aprendizaje está en el fracaso. ¿Yo soy una persona de éxito? No lo sé.

¿La respuesta a esa pregunta va variando?Depende mucho del momento vital en donde estés, porque a veces quieres destacar, a veces quieres estar tranquilo, a veces tu éxito es trabajar menos... Ahora, por ejemplo, mi éxito sería no trabajar (risas). Para mí el éxito es que la persona con la que estoy compartiendo el momento, y más si es artístico, esté a gusto. Para mí es eso. Que yo te haga sentir mejor.

¿El Àngel Llàcer niño se imaginaba al ángel de 50 años tal como es ahora?Sí, sí. Yo no lo sé pero me lo recuerdan mi madre y otras personas. Digo que sí de manera rotunda, porque me lo han dicho tantas veces... “Yo de mayor seré actor”, decía y hacía cosas en casa de actor. Estuve un poco perdido y cuando acabé el colegio me fui a estudiar a Empresariales y dije ¿yo qué hago aquí? Y me fui. Pero estos fracasos que te ayudan luego a llegar donde tú quieres llegar.

¿Y a dónde quiere llegar?En realidad yo no sé a dónde quiero llegar. Yo solo sé que quiero estar bien en el momento en que estoy. ¿Qué me queda por hacer? Muchas veces me lo preguntan… a mí no me gusta repetir. Me gustaría crear una compañía, aunque en realidad ya la estoy creando, porque los mismos actores de este musical han hecho todos los musicales que hemos hecho y sin ser explícito, somos una compañía, una hermandad.

¿Es de los que se lleva las emociones a casa después de actuar?Justo antes de La jaula de las locas hacía Frankenstein en el Teatre Nacional que lo dirigía Carme Portaceli. Y claro, era Víctor Frankenstein, un personaje con el que yo llegaba a casa destruido y pensaba qué fuerte, ¿cómo te puede afectar una obra? Al final tú cuando eres actor y llegas a casa has estado tres horas con tus moléculas puestas de una manera y tu manera de pensar, tus pensamientos, tus lágrimas… de alguna manera eso lo has vivido. No estamos locos, es que lo has vivido. Eso te va afectando. Cuando empecé a hacer La jaula de las locas era tan feliz. Cuando hago comedias musicales realmente para mí son terapéuticas. Un drama no lo voy a hacer más como actor. De director, sí, pero de actor es muy heavy.

Y aún así un musical es duro de hacer…Sí, porque yo creo que el actor de teatro musical es el más heavy, porque un actor de cine lo hace un día y adiós, ya está. No todo el mundo es capaz de hacer un musical. Es súper difícil. Actor de teatro, de texto ya cada día tienes que ir allí, pero el actor de teatro musical encima tiene que estar cuidándose cada día. Armando Pita y Ricky Mata, que son los protagonistas, se dedican plenamente a esto. No hacen nada más. Cuando yo hacía La jaula de las locas, no hacía nada más. Dormir y el musical. Creo que de los sitios donde puede trabajar un actor, el más exigente es el teatro musical.

¿Qué hace bueno a un actor?Su generosidad. El compartir con los demás, el jugar. Ser generoso y ceder. No hay nada peor que un actor que no es generoso, que no te escucha, que no crea en ese momento. Y la falta de complejos. Si tú tienes complejos es muy difícil ser actor. Si tú quieres mantener un estatus, es muy difícil ser actor. No tienes que tener miedo a hacer el ridículo. Yo, hago tantas tonterías porque no tengo sentido del ridículo.

¿Se nace sin sentido del ridículo o es algo que se extirpa más tarde?Es que el ridículo lo hace quien quiere hacerlo… está más en las otras personas que en ti. 

¿Cuál es la situación más rara por la que ha pasado en una función?Si pasan cosas, yo nunca estoy, siempre he tenido suerte… pero me acuerdo de una señora, en el Rialto, cuando hacíamos La jaula de las locas. Hay una canción que se llamaba La vida empieza hoy. Y justo antes de cantar, una señora murió, entre comillas, en el piso de arriba. Paramos, vino la ambulancia, se la llevó… Y digo bueno, pues vamos a retomar, venga y todos “la vida empieza hoy” (risas).

¿Cómo está viendo la nueva temporada de Tu cara me suena?Conocí a los concursantes ayer y anteayer. Les hice una clase y un vídeo de presentación poco más.

Ahí sí que no se puede tener miedo al ridículo…Claro, los que tienen sentido del ridículo lo pasan muy mal. Pero esto se aprende. Hay un momento en que cuando vas a fondo, nadie te puede decir nada. Yo tengo 50 años y me visten de cerdito. Y sí vas con todo, es perfecto. Si te quedas a medias entonces es cuando la cagas, cuando es incómodo.

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