Así es ERS-2, el satélite europeo fuera de control que reingresa en la Tierra hoy tras finalizar su vida útil

El satélite europeo ERS-2 se lanzó en 1995 y ha estado inactivo desde 2011. Se cree que su masa actual es de unos 2.294 kilos y algunos fragmentos podrían llegar a la superficie de la Tierra tras su reentrada, pero "muy probablemente" caerán al océano.
El satélite ERS-2 volverá a entrar en la atmósfera de la Tierra tras casi 30 años desde su lanzamiento.
El satélite ERS-2 volverá a entrar en la atmósfera de la Tierra tras casi 30 años desde su lanzamiento.
ESA
El satélite ERS-2 volverá a entrar en la atmósfera de la Tierra tras casi 30 años desde su lanzamiento.

La Agencia Espacial Europea (ESA) ha anunciado que uno de sus viejos satélites está a punto de reingresar en la atmósfera de la Tierra de manera descontrolada. Según los cálculos de esta organización, el satélite Europeo de Teledetección 2 (ERS-2) volverá a entrar en nuestro planeta este miércoles, 21 de febrero, en torno a las 17:32 hora peninsular de España.

La masa aproximada de la nave es de unos 2.300 kilos, es decir, se trata de un cuerpo de más de dos toneladas. Sin embargo, la ESA no está demasiado preocupada por el volumen del ERS-2: “En promedio, un objeto de masa similar vuelve a entrar en la atmósfera de la Tierra cada semana o dos”, dice la agencia espacial.

Los expertos tampoco creen que la reentrada del satélite, a pesar de que no será de forma controlada, pueda suponer un riesgo: “ERS-2 se fragmentará a unos 80 kilómetros sobre la superficie de la Tierra y la gran mayoría de los fragmentos se quemará en la atmósfera. Algunos fragmentos podrían llegar a la superficie de la Tierra, donde muy probablemente caerán al océano. Ninguno de estos fragmentos contendrá sustancias tóxicas o radiactivas”.

A pesar de que tenía una vida útil planificada de 36 meses, las operaciones del ERS-2 duraron un total de 16 años.
El satélite europeo ERS-2.
El satélite europeo ERS-2.
ESA

Qué es el satélite ERS-2 y por qué su reentrada en la Tierra será descontrolada

El satélite europeo ERS-2 se lanzó el 21 de abril de 1995 desde el puerto espacial europeo en Kourou, Guayana Francesa, y era una de las naves espaciales europeas de observación de la Tierra más avanzadas. Esta sonda, junto a su ‘gemela’ casi idéntica ERS-1 —lanzado en 1991—, recopiló gran cantidad de datos de la superficie terrestre, los océanos y los casquetes polares de nuestro planeta. Los científicos incluso la utilizaron para monitorizar desastres naturales como inundaciones graves o terremotos en partes remotas del mundo.

ERS-1 y ERS-2 llevaban una carga útil que incluía un radar de apertura sintética de imágenes, un altímetro de radar y otros potentes instrumentos para medir la temperatura de la superficie del océano y los vientos en el mar. Como diferencia, el ERS-2 incluía un instrumento adicional para monitorear los niveles de ozono en la atmósfera.

Tras 16 años de operaciones, la ESA ‘jubiló’ al ERS-2 en 2011, cuando la nave estaba a punto de llegar al final de su vida útil —que superó con creces las previsiones iniciales de 3 años de servicio—. El satélite se sometió a un total de 66 maniobras de desorbitación entre julio y agosto de aquel año, logrando bajar de la órbita en la que estaba, de unos 785 km de altitud, y posicionarse a unos 573 km sobre la Tierra.

¿Para qué se hicieron estas maniobras? Reduciendo la altitud del ERS-2 se reducía también en gran medida el riesgo de colisión con otros satélites o desechos espaciales. Asimismo, tal y como explica la ESA, esta operación permitía “garantizar que la órbita del satélite decaería lo suficientemente rápido para que volviese a entrar en la atmósfera de la Tierra en los siguientes 15 años”.

Además, en septiembre de 2011, ERS-2 fue completamente “pasivado”: sus baterías y sistemas presurizados se vaciaron o se volvieron seguros. Esto redujo el riesgo de que un mal funcionamiento interno provocara que el satélite estallara en pedazos mientras aún se encontraba a una altitud utilizada por los satélites activos.

Sin embargo, la consecuencia de las maniobras de desorbitación del ERS-2 fue que el satélite se quedó sin combustible restante. Esto, unido a que sus baterías estaban agotadas y que su antena de comunicación y sus componentes electrónicos a bordo estaban apagados, impide que su reentrada en la atmósfera ahora se pueda hacer de manera controlada.

De no haberse realizado las maniobras de desorbitación, ERS-2 habría pasado otros 100 o 200 años en órbita.
Infografía del transcurso de la vida del satélite europeo ERS-2.
Infografía del transcurso de la vida del satélite europeo ERS-2.
ESA

Cuándo entrará en la Tierra el satélite europeo

Trece años después de las maniobras para ‘desactivarlo’, el satélite está volviendo a entrar en las capas inferiores de la atmósfera terrestre, donde comenzará a arder.

La ESA describe el reingreso del ERS-2 como “natural”, ya que ya no es posible controlar el satélite. “Si bien podemos pronosticar el reingreso dentro de unos pocos días, no es posible predecir exactamente cuándo y dónde reingresará el satélite antes de sus últimas órbitas”, informa la agencia espacial.

Durante el reingreso, el satélite “se romperá en pedazos, la mayoría de los cuales se quemarán”, explica la ESA. Y añaden: “Los riesgos asociados con las reentradas de satélites son muy bajos”.

La Oficina de Desechos Espaciales de la ESA está monitorizando el satélite a medida que sus órbitas decaen y proporcionará actualizaciones periódicas en los días previos a su reingreso.

Como el reingreso de la nave espacial no está controlado, es imposible saber exactamente cuándo y en qué región de la Tierra entrará.
Última imagen capturada por el satélite ERS-2 mientras estaba sobre Roma el 4 de julio de 2011.
Última imagen capturada por el satélite ERS-2 mientras estaba sobre Roma el 4 de julio de 2011.
ESA

¿Cuál es el riesgo de ser golpeado por un trozo de basura espacial que cae?

El riesgo anual de que un ser humano resulte herido por desechos espaciales es inferior a 1 entre 100.000 millones. Es decir: 

  • El riesgo es 1,5 millones de veces menor que el riesgo de morir en un accidente doméstico.
  • Unas 65.000 veces menor que el riesgo de ser alcanzado por un rayo.
  • Y tres veces menor que el riesgo de ser alcanzado por un meteorito.

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