La órbita baja de la Tierra podría cubrirse con un millón de satélites: por qué esto es un riesgo para nuestra seguridad

La dificultad de observación del espacio, la reentrada en el planeta tras dejar de ser operativos o los cambios que producen en la atmósfera estos aparatos podrían ser un inconveniente para los seres humanos. 
El aumento de la presencia de satélites en la órbita terrestre baja sería un problema para el planeta.
El aumento de la presencia de satélites en la órbita terrestre baja sería un problema para el planeta.
SpaceX
El aumento de la presencia de satélites en la órbita terrestre baja sería un problema para el planeta.

La basura espacial es un problema que preocupa a los astrónomos porque dificulta la observación de los cuerpos celestes desde la Tierra. Sin embargo, la tecnología espacial operativa también se suma a este inconveniente y, según los expertos, el ritmo de lanzamientos de satélites que está habiendo podría suponer que se alcanzase el millón en los próximos años.

Solo los satélites Starlink, de SpaceX, la empresa aeroespacial de Elon Musk, son 4.500. Se encuentran en la órbita baja y desde España se han podido ver en varias ocasiones. Esta empresa pretende lanzar 42.000 unidades en total y los científicos ya alertan que la cifra actual supone un problema y que la llegada de más satélites complicaría la investigación astronómica y pondría en peligro la defensa planetaria frente a asteroides.

La cifra de satélites terrestres podría aumentar a un millón

Un equipo de investigadores ha analizado los registros del 2017 al 2022 de la base de datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). Este organismo de las Naciones Unidas (ONU) se encarga de conceder espacios en órbita para el uso de satélites y, según los resultados del estudio, ha habido más de un millón de propuestas de lanzamiento de satélites que, de efectuarse, sería un número 115 veces mayor que la cifra actual. 

Según la investigación, los satélites estarían distribuidos en unas 300 megaconstelaciones que trabajarían en proporcionar servicios de Internet satelital. El equipo sabe que gran parte podría no terminar llegando a orbitar la Tierra, pero, de todos modos, seguiría siendo un inconveniente, pero sí se estima que hasta 50.000 satélites llegarían a la órbita para 2030.

"Si se lanza siquiera una parte de este millón de satélites, se necesitarían normas nacionales e internacionales para abordar los problemas de sostenibilidad asociados, como los riesgos de colisión, la contaminación lumínica y los riesgos de reentrada", explica Andrew Falle, investigador del Instituto del Espacio Exterior de la Universidad de Columbia Británica (EEUU) y autor principal del estudio, para space.com.

El problema de los satélites para la humanidad

La presencia de tanta tecnología espacial en la órbita de la Tierra afecta al estudio de los astrónomos y, por lo tanto, también a la seguridad de la humanidad. Si hay un incremento considerable del número de satélites que hay en la visión del cielo, dificultaría el avistamiento de asteroides que se consideren una posible amenaza contra nuestro planeta.

Además, el aumento de satélites terrestres nos pondría en peligro de entrar en el umbral del síndrome de Kessler, llamado así porque fue Donald Jessler, científico de la NASA, quien habló de él a finales de los 70. Este término hace referencia a que una saturación de la órbita baja terrestre haría que entrásemos en una cadena de colisiones que impediría los viajes espaciales durante un largo periodo de tiempo.

Por otro lado, Dan Cziczo, profesor de Ciencias Terrestres y Planetarias en la Universidad de Purdue, asegura que se ha encontrado material creado por el hombre en "un área prístina de la atmósfera". Un equipo de científicos y él descubrieron que casi el 10% de las partículas grandes de ácido sulfúrico, que se encargan de proteger la capa de ozono, tenían aluminio y otros metales de naves espaciales y satélites. Estos datos son una muestra del impacto que podría tener para nuestra atmósfera los vuelos espaciales.

Por otro lado, el Congreso de EEUU ha advertido que los satélites que ahora mismo están en funcionamiento de Starlink y otras marcas caerán en la década que viene. En caso de que estos entren en la Tierra sin descomponerse, hay un 0,6% de riesgo de que pudiese causar daños fatales en las personas. 

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