Estos son los tres yogures que ningún experto en nutrición recomienda en España: los peores del super

No es lo mismo comerse un yogur natural que tomar uno batido o a base de leche fermentada. No todos son igual de beneficiosos. En el caso de los yogures con capa de frutas separada tienen un valor nutritivo menor y además son más calóricos.

Estos son los tres yogures que ningún experto en nutrición recomienda en España: los peores del super
Estos son los tres yogures que ningún experto en nutrición recomienda en España: los peores del super
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Estos son los tres yogures que ningún experto en nutrición recomienda en España: los peores del super
También hay que saber distinguir entre cuáles son realmente yogures de los no. Justo en este sentido, cabe tener en cuenta que los yogures son una buena opción para llevar una dieta saludable y equilibrada.

¿Cómo elegir un buen yogur en el supermercado? Aunque a priori pueda parecer una pregunta sencilla, lo cierto es que a día de hoy en España la oferta de esta clase de lácteos es inmensa -naturales, con azúcar, con leche fermentada, con bífidus, con probióticos, desnatados, kéfir o incluso de sabores- por lo que no es fácil saber distinguir entre cuál es saludable o no, pero aún hay más. 

También hay que saber distinguir entre cuáles son realmente yogures de los no. Justo en este sentido, cabe tener en cuenta que los yogures son una buena opción para llevar una dieta saludable y equilibrada. Entre sus beneficios, destaca que las bacterias disminuyen el nivel de pH del intestino, favoreciendo así la absorción de calcio. Además, los microrganismos producen ácidos grasos de cadena corta que estimulan la movilidad intestinal y restablecen el equilibro en su flora. Asimismo, la transformación de parte de la lactosa en ácido láctico y la liberación de enzimas, ayudan a los intolerantes a la lactosa el consumo de estos productos.

Sin embargo, lo cierto es que a nadie se le escapa que en más de una ocasión algunos de estos alimentos vienen cargados de azúcar, un ingrediente que en exceso puede ser realmente perjudicial para la salud, como es el caso de aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, sobrepeso, obesidad, hipertensión, diabetes o incluso cáncer. Pero para muestra un botón. Un estudio elaborado en 2018 por la revista BJM Open reveló que la mayoría de estos productos que se vendían en tiendas británicas superaban los niveles recomendados

Los nutricionistas aconsejan no incluir estos yogures en la dieta

Lo primero que hay que saber es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece un consumo máximo de azúcar de 25 gramos al día. Sin embargo, los expertos en nutrición lo tienen claro. No todo vale puesto que no es lo mismo tomar un yogur firme que uno batido o leches fermentadas. Los batidos y las leches fermentadas son los más nutritivos, mientras que los yogures firmes con capa de frutas separada tienen un valor nutritivo menor y además son más calóricos. Veámos de cuáles se tratan.

Yogures desnatados

En caso de los yogures desnatados o 0% materia grasa, hay que poner especial atención en la cantidad de azúcar, pues en muchas ocasiones, se añade azúcar para compensar la falta de sabor por la ausencia de nata. Los edulcorantes, aunque no sean tan perjudiciales como el azúcar a corto plazo, también es preferible evitarlos. Por un lado, porque nutricionalmente no aportan nada y, por otro, porque nos hacen acostumbrarnos al sabor dulce. Además, a la larga, pueden alterar la microbiota

Yogur griego stracciatella

Lo primero que hay que saber es que el yogur griego casero no tiene nada que ver con el que se vende en los supermercados. Este último, el comercial, contiene entre un 9 y un 10% de materia grasa. En cambio el casero puede hacerse sin añadir grasa láctea. No obstante, para entenderlo mejor, es de vital importancia saber que el yogur griego tradicional, esto es, el original, está elaborado con leche de vaca o de cabra, al que se le extrae el suero

Esa es, sin lugar a dudas, la clave de su característica consistencia más espesa y cremosa , a la vez que es más denso, sabroso y cremoso. A todo ello hay que añadirle que tiene aproximadamente entre un 8% y 16% de proteínas, alrededor del doble que el yogur clásico.

Los de sabores

Un yogur no necesita más que leche y fermentos lácteos para ser considerado como tal, pero algunas veces puede añadirse algunos ingredientes más que no alteran el producto, como leche en polvo o proteínas de la leche, para proporcionarle consistencia y textura. Sin embargo, si la lista de ingredientes es más larga y además incluye azúcares, saborizantes, aromatizantes, edulcorantes, este se convertiría en un alimento procesado y, por tanto, un alimento a evitar o a consumir solo de manera ocasional. 

Esto es lo que ocurre con los de sabores. Si los yogures naturales o con pocos ingredientes no resultan muy agradables al paladar, es preferible añadirle ingredientes en casa, que pueden ser algún endulzante con moderación, como azúcar, miel, sacarina, trocitos de fruta, frutos secos molidos, pasas, canela, etc.

Yogures que no son yogures

Para que un yogur pueda calificarse como tal tiene que estar elaborado con alguno de estos ingredientes: o bien leche de un mamífero o  fermentos lácticos. Ahora bien, no vale cualquier fermento, pues solo se consideran legalmente yogures los que contengan streptococcus thermophilus y por lactobacillus bulgaricus. Esto significa que los populares ‘bifidus’ no pueden ser considerados yogures, pues aunque sea un fermento, es distinto a los que plantea la legislación. Por tanto, no serían yogures:

  • La leche fermentada con otros fermentos, como las bifidobacterias
  • El kéfir
  • Los ‘petit suisse’
  • Postres lácteos, como natillas, petit suisse y flanes
  • La cuajada
  • Postres elaborados con bebidas vegetales, como la soja
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