Seis alimentos que empeoran el ánimo depresivo

La depresión es una enfermedad compleja en la que intervienen muchos factores diferentes, incluyendo varios ligados al estilo de vida. La alimentación no es una excepción, y existe amplia evidencia de que varios alimentos podrían empeorar los síntomas.

Inflamación y depresión

Precisamente, una cuestión que ha suscitado mucho interés científico en los últimos años es la relación entre la depresión y la inflamación. Muchos pacientes de depresión presentan un cierto grado de inflamación crónica leve, por lo que se cree que los alimentos que aumentan este problema también podrían empeorar los síntomas de la depresión.

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Uno de los principales grupos es el de los carbohidratos refinados, en el que se incluyen cosas como el pan blanco o la bollería. Consumidos en exceso, provocan cambios rápidos en el nivel de azúcar en sangre, lo que se relaciona con varios problemas de salud graves.

Algo similar sucede con los alimentos fritos, con un alto contenido en lípidos de mala calidad y por tanto en calorías. Además, el proceso de fritura puede carbonizar ciertos residuos y producir sustancias tóxicas.

En este mismo sentido, ciertas grasas (como la mantequilla y la margarina) incrementan el riesgo de sufrir obesidad, muy relacionada también con un cierto grado de inflamación crónica.

Un gen clave en el cáncer de colon se ve potenciado por la inflamación

También las carnes rojas y sobre todo procesadas tienen un cierto efecto inflamatorio, lo que explica el aumento en el riesgo de padecer cáncer de colon al que se asocia su consumo frecuente.

Los alimentos con muchos azúcares añadidos, como las bebidas carbonatadas, también se asocian a determinados trastornos metabólicos como la obesidad o la diabetes que incrementan la inflamación y podrían afectar a la depresión.

Por último, un caso especial es el de las bebidas alcohólicas. Además de agravar la respuesta inflamatoria (ya que aumenta la permeabilidad del tubo digestivo) y de constituir un factor de riesgo de enfermedades metabólicas, cardiovasculares y de muchos tipos de cáncer, se trata de una sustancia depresora del sistema nervioso que, más allá de la ebriedad inicial, provoca y empeora los síntomas depresivos.