Esto es lo que le va pasando a tu cuerpo cuando haces una huelga de hambre

A raíz de los recientes acontecimientos en España sobre la huelga de hambre a la que se somete la madre de Rubiales, los expertos explican las fases por las que va pasando nuestro cuerpo en un proceso de ayuno.

Este tipo de huelga suele ser una herramienta de lucha que consiste en la renuncia de cualquier tipo de alimento y es un proceso que puede tener una duración determinada o ilimitada, en el que, a causa de sus graves consecuencias, acabaría con el fallecimiento.

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¿Qué le pasa al cuerpo durante una huelga de hambre?

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En el proceso de autofagia que se origina por la huelga de hambre se distinguen en varias fases, según explica el estudio Huelga de hambre y alimentación forzosa: "Una primera que dura aproximadamente un día y medio, de consumo principal de los hidratos de carbono de reserva; después se produce un consumo principal de grasas (se inicia a partir del quinto día aproximadamente y el organismo pasa de consumir la glucosa y el glucógeno almacenados a consumir las grasas); luego pasamos a un consumo grave de proteínas. A partir del vigésimo día de huelga se comienzan a consumir principalmente proteínas musculares".

"Normalmente —explican— a partir de los 30 días la desnutrición afecta a todos los sistemas y comienza a experimentarse un cansancio desmesurado que prácticamente impide hablar. A partir de los 40 o 50 días, el deterioro se hace notable por el desgaste físico, produciendo inmovilidad y pérdidas de consciencia por falta de energía. La muerte por inanición se puede llegar a producir por falta de riego al cerebro o por un fallo cardiaco". 

Primera fase: se acaban las reservas de glucosa en el cuerpo

Durante los dos primeros días de la huelga de hambre se acaban las reservas que tiene nuestro cuerpo de este tipo de azúcar necesario para el correcto funcionamiento del cerebro. Esto puede provocar en la persona cierta dificultad para mantener la atención y algunos cambios de humor.

Segunda fase: el cuerpo empieza a guardar la energía

Al cabo de estas primeras 48 horas, el cuerpo se da cuenta de que le va quedando poca energía que quemar. Esto hace que empiece a reducir por sí mismo la velocidad a la que consume los últimos recursos y provoca una deceleración del pulso que hace que la persona que está en esta condición pueda llegar a sentirse mareada o con flaqueza. Además, necesita encontrar una fuente de energía diferente a la glucosa y empieza a emplear la grasa.

Tercera fase: la cetosis

Las cetonas o cuerpos cetónicos son las sustancias que produce nuestro cuerpo cuando se empieza a obtener energía a partir de la descomposición de las grasas y no obtiene esta energía mediante la glucosa. Esto puede provocar en la persona que está haciendo la huelga de hambre lo que se denomina acidosis, una afección por la cual hay demasiados ácidos en el cuerpo y perjudica el funcionamiento de los riñones.

Cuarta fase: los músculos se empiezan a desgastar

Con el objetivo de liberar aminoácidos, que son las moléculas encargadas de combinarse para formar las proteínas, el cuerpo empieza a romper el tejido de nuestros músculos. Esto puede conllevar peligros muy perjudiciales para nuestra salud, ya que puede suponer problemas como la insuficiencia cardíaca.

Quinta fase: el fallo multiorgánico

Aproximadamente en la semana cinco de la huelga de hambre, todas las reservas posibles que tiene nuestro cuerpo se ven bajo mínimos y se produce una insuficiencia grave de más de un sistema orgánico vital, por lo que se da un fallo en cadena que afecta a varias partes del organismo.

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Sexta fase: la muerte súbita

Llegados a este punto de la huelga de hambre, nuestro sistema nervioso central, encargado de cumplir funciones básicas para el ser humano como la respiración o la circulación, se queda inoperativo porque el cuerpo no tiene más energía para mantenerse con vida. Esta situación no es un proceso lento, sino un fallo sistémico y abrupto por el que la persona en huelga de hambre fallece.

Referencias

Juan Manuel Criado Gámez. Huelga de hambre y alimentación forzosa.  ISSN 1133-7400, Vol. 21, Nº. Extra 1, 2011 (Ejemplar dedicado a: XIX Congreso "Derecho y Salud"), págs. 125-139

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