¿Sabías que las interacciones entre un alimento y un medicamento pueden modificar el efecto terapéutico del fármaco e, incluso, influir en el estado nutricional de la persona que los ingiere? Se trata de una relación en ambas direcciones, que es importante saber para obtener los mejores resultados.
Desde el Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España trabajan por actualizar el conocimiento de los profesionales de la farmacia en este asunto tan importante, pero también por proporcionar información clara y precisa a los pacientes, sobre qué tipo de alimentos tomar con los medicamentos más habituales.
La importante relación entre un fármaco y los alimentos
Las interacciones entre alimentos y medicamentos son resultado de las interferencias que se pueden producir entre fármaco, nutriente o alimento, y paciente. La consecuencia puede ser tanto un aumento como una disminución de la biodisponibilidad del medicamento. Para entenderlo mejor, esto significaría que puede derivar en inefectividad o toxicidad.
En ambos casos indeseados, la medición tiene que ver con la disminución de la efectividad y la seguridad del tratamiento. A pesar de que esta es una posibilidad, también hay que decir que existen interacciones positivas, como podría ser el caso de la toma conjunta de hierro con alimentos ricos en vitamina C.
Para evitar los casos negativos, y tener conocimiento de los que sí funcionan y mejoran la efectividad del fármaco, es necesario consultar al farmacéutico cuando acudimos a comprar a la farmacia.
¿Cómo son esas (posibles) interacciones fármaco-alimento?
Las posibles interacciones entre fármaco y alimento se pueden dar en ambas direcciones. Por un lado, se puede producir un efecto no deseado del alimento sobre el medicamento. Esto quiere decir que el primero, o sus componentes, provocan un aumento o disminución del efecto terapéutico.
En el caso contrario, puede darse la circunstancia de que sea el medicamento el que influya en cómo el cuerpo aprovecha los nutrientes, alterando el estado nutricional del paciente.
Algunos ejemplos de interacción medicamento-alimento
Desde el Consejo General de Colegios Farmacéuticos ponen algunos ejemplos para que podamos hacernos una idea de lo que estamos hablando.
Si tienes un déficit de hormona tiroidea y eres de los que empiezan el día con levotiroxina, debes hacerlo siempre en ayunas. La razón es que los alimentos disminuyen su absorción y, como consecuencia, su efecto terapéutico.
En el caso de que seas consumidor habitual de laxantes o antiácidos, debes tener precaución porque cabe la posibilidad de que disminuyan la absorción de minerales tan necesarios como el calcio y el potasio.
En el caso del hierro ocurre algo curioso. Por un lado, ayudaremos a su absorción si lo tomamos con una fruta o verdura que contenga vitamina C (kiwi, naranja, pimiento). Sin embargo, conseguiremos el efecto contrario si lo tomamos con una fuente de calcio como puede ser la leche, el queso o el yogur.
¿Y qué sucede cuando tomamos antiinflamatorios-analgésicos como el ibuprofeno, naproxeno o ketoprofeno? La respuesta correcta es que debemos tomarlos siempre con alimentos sólidos y densos para proteger la mucosa gástrica del posible daño que pueden producir.
Algunos alimentos que influyen en los medicamentos
Algunos alimentos y plantas medicinales que a priori podrían parecer inofensivos, como pueden ser el pomelo y la hierba de San Juan, tienen la capacidad de influir en el metabolismo de muchos medicamentos, aumentando el riesgo de toxicidad. Por ejemplo, un consumo excesivo de regaliz puede disminuir el efecto de un tratamiento antihipertensivo.
Otra cuestión a tener en cuenta en este tema, es la que hace referencia a que ciertos componentes de los alimentos como la fibra, el calcio o el hierro, pueden 'atrapar' al medicamento a lo largo del sistema digestivo, provocando que pierda su efecto beneficioso. Esto sucede con algunos antibióticos.
En otro orden de cosas, es básico vigilar el nivel de nutrientes cuando los tratamientos farmacológicos tienen como efecto secundario la diarrea, los vómitos, o la falta de apetito. Hay que evitar por todos los medios sufrir una desnutrición por interacción del medicamento sobre el estado nutricional.
La metformina para la diabetes, y la falta de vitamina B12
La metformina es un antidiabético oral perteneciente al grupo de las biguanidas, indicado en el tratamiento de la diabetes tipo 2. Este fármaco disminuye la producción hepática de glucosa y su absorción intestinal, al tiempo que mejora la sensibilidad a la insulina.
Por lo que respecta a sus interacciones, la administración conjunta de metformina con alimentos reduce la concentración del medicamento. Sin embargo, el grado de absorción no se modifica, por lo que se recomienda su administración con alimentos para reducir los efectos gastrointestinales adversos (diarreas, náuseas, dolor abdominal).
Una característica importante a tener en cuenta es que la metformina reduce la absorción de vitamina B12 en el organismo. Por ello, suele recomendarse la suplementación al paciente que la toma. Así pues, hay que tomarla con alimentos, o justo después pero no antes.
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