"Durante la 'crisis del Rubicón' el niño empieza a ver el mundo tal cual es y la magia de la primera infancia se desvanece"

Un niño mira pensativo por la ventana.
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Entre los nueve y los diez años los niños viven un momento trascendental de su crecimiento que se conoce popularmente como 'crisis del Rubicón'. Se caracteriza por un cambio en la consciencia hacia el mundo exterior y hacia sí mismos en el que sienten, además, una necesidad de afirmar su individualidad, de probar sus límites y desafiar la autoridad. De todo ello hablamos con la psicóloga y terapeuta holística Maribel Jiménez.

¿Qué es exactamente la 'crisis del Rubicón'?La 'crisis del Rubicón' es un concepto que se utiliza en la pedagogía Waldorf para describir un momento crítico en el desarrollo de la infancia sobre los 9-10 años. El nombre proviene de un episodio histórico en el que Julio César, general romano, cruzó el río Rubicón en el año 49 a. C., marcando el inicio de una guerra civil. Esta crisis es un momento de transición importante, en el que el niño/a hace un cambio de consciencia y siente una necesidad de afirmar su individualidad, de probar sus límites y desafiar la autoridad.

Piaget se refería a esta etapa como el inicio de la fase del pensamiento concreto operativo, en el que en el mundo interno del niño/a, de repente, todo comienza a resquebrajarse, y empieza a ver el mundo tal cual es, y la magia de la primera infancia se desvanece. Eso sí, es importante remarcar que es una etapa normal en el desarrollo humano que requiere acompañamiento y comprensión por parte de los adultos.

Es una etapa normal en el desarrollo humano que requiere acompañamiento y comprensión por parte de los adultos

¿La pasan todos los niños con la misma intensidad?No todos los niños/as pasan por la 'crisis del Rubicón' con la misma intensidad o en el mismo momento del desarrollo. Algunos pueden vivirla más intensamente, desafiando con fuerza las normas y los límites establecidos, mientras que otros pueden experimentarla de manera más suave y gradual. Puede variar dependiendo de factores individuales, como la madurez emocional del niño, su entorno social y cultural, y su historia personal.

Maribel Jiménez

  • Psicóloga y terapeuta holística
Maribel Jiménez, más conocida como Aguamarina (www.institutoaguamarina.com), es una influencer referente en temas de maternidad, crecimiento personal y empoderamiendo femenino. Es mujer, madre, psicóloga y terapeuta holística, conocida por su blog De mi casa al mundo (www.demicasaalmundo.com), con el que ayuda y acompaña a miles de mujeres que buscan herramientas para tomar consciencia de su maternidad y ofrecer una crianza respetuosa a sus hijos.

Tras 15 años trabajando en educación pública con una mirada alternativa y respetuosa hacia la infancia, descubrió que lo mejor que puede hacer para transformar la educación y el mundo es ayudar a las personas a conocerse mejor y a sanar todo lo que les está impidiendo crear una vida consciente, con sentido y de máximo potencial. Para ello, facilita cursos y formaciones que son canales de gran evolución y crecimiento, siguiendo su propio método holístico, en el que utiliza herramientas poderosas basadas en la psicología integrativa, el coaching energético y la aromaterapia. Vive en Mallorca con su familia y escribe todos los días en su newsletter diaria. Es autora del libro: 'La cámara secreta del corazón: un juego de exploración interna hacia la automaestría'.
Algunos niños pueden vivirla más intensamente, desafiando con fuerza las normas y los límites establecidos

¿Cómo se manifiesta en el niño o cómo podemos detectar que está pasando por ella?Esta crisis puede no ser visible externamente porque afecta a la vida interna del niño/a, pero suele ser un momento difícil, a veces no verbalizado, y que puede estar acompañado de síntomas como:
- Cambios emocionales
Comienza a experimentar a menudo emociones difíciles de antipatía hacia los adultos (los ve con cierta distancia y se rebela ligeramente), de enfado e irritabilidad (mal humor sin causa aparente y a veces enfados desproporcionados), de soledad y tristeza (le invade un tinte de melancolía, empieza a darse cuenta de que debe valerse por sí
mismo)... A menudo, también, le invade una sensación de injusticia (se rebela contra algunas normas que siente que no están justificadas y que los adultos tampoco cumplen).
- Miedos y temores
También puede experimentar temores que parecen infundados o que ya había superado hace años. Comienza a comprender la mortalidad y a pensar existencialmente, y aparece el temor a la muerte. Es muy habitual que aparezca miedo, por ejemplo, a que mamá y papá se mueran. Esto puede provocar problemas para dormir, y puede aparecer también el miedo a la oscuridad.
- Síntomas psicosomáticos
Muchos niños/as presentan también algunos síntomas psicosomáticos en esta época. Las palpitaciones, los problemas respiratorios y los dolores de cabeza no son inusuales. Los niños de nueve años tienden a preocuparse en exceso, y algunos síntomas físicos pueden estar relacionados con ello. También pueden resurgir hábitos infantiles superados, como chuparse el dedo u orinarse en la cama.
- Cambios en las relaciones sociales 
Durante la 'crisis del Rubicón', los niños/as pueden experimentar cambios en sus relaciones sociales. Pueden comenzar a buscar relaciones más profundas y significativas y pueden ser más conscientes de la dinámica social que los rodea.
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Cambios en el comportamiento

Pueden experimentar cambios en su comportamiento durante la crisis del Rubicón. Pueden ser más tímidos o más reservados, o pueden actuar de manera más impulsiva o agresiva.
En general, si un niño/a comienza a experimentar cambios significativos en su comportamiento, emociones o pensamientos, es posible que esté pasando por la 'crisis del Rubicón'. Es importante que los padres y educadores estén atentos a estos cambios y brinden el apoyo emocional y educativo necesario para ayudarle a navegar con éxito por esta etapa importante en su desarrollo.

El niño comienza a comprender la mortalidad y a pensar existencialmente. Aparece el temor a la muerte

¿En qué se diferencia de otras crisis de la infancia?La 'crisis del Rubicón' se diferencia de otras crisis de la infancia por la edad (ocurre alrededor de los 9-10 años) y porque se caracteriza por un cambio en la consciencia hacia el mundo exterior y hacia sí mismos, lo que puede generar cierta confusión y angustia. Otras crisis pueden estar relacionadas por otros cambios en el desarrollo, como el inicio de la pubertad.

Podría ser vista como una etapa preparatoria para la adolescencia, pero la adolescencia es una etapa de desarrollo mucho más compleja y prolongada

¿Dirías que esta crisis prepara a los padres para la adolescencia o no tiene mucho que ver?Sí que podría ser vista como una etapa preparatoria para la adolescencia, ya que muchos de los cambios que ocurren durante el Rubicón pueden ser similares a los que ocurren durante la pubertad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la adolescencia es una etapa de desarrollo mucho más compleja y prolongada que la crisis del Rubicón. La pubertad implica cambios hormonales, físicos, cognitivos y emocionales significativos, y puede durar varios años.

Durante esta etapa el pequeño comienza a desarrollar una mayor consciencia social y emocional

¿Qué implicaciones tiene esta etapa en el desarrollo del niño?Se dan cambios en la percepción del mundo, comienza a ver el mundo de manera más crítica y reflexiva, se hace preguntas más profundas y tiene mayor curiosidad sobre el mundo que lo rodea. También comienza a desarrollar una mayor consciencia social y emocional. Empieza a ser más sensible a las emociones de los demás y a su propio mundo emocional, lo que le lleva a experimentar la empatía y a ser más consciente de la dinámica social que le rodea. Además, el niño se vuelve más reflexivo y desarrolla el pensamiento abstracto. Se cuestiona ideas y conceptos más complejos y busca respuestas más profundas y significativas. Y también nace en el niño/a una nueva autoconfianza en su capacidad de hacer cosas, aparece mucha más autonomía y nuevas competencias.

Los padres debemos convertirnos en una especie de faro pero, de alguna manera, es el momento de empezar a soltarlos

¿Qué consejos les darías a los padres para acompañar a sus hijos en este momento?Lo más importante es ayudarles a afrontar este nuevo reto de una manera tranquila y compasiva. Hay que hacerles saber que no están solos/as, que pueden contar con nuestro amor y apoyo en todo momento. Se trata de convertirnos en una especie de faro que siempre puedan ver, pero permitiéndoles sentir la incomodidad de este momento de desarrollo. De alguna manera, es el momento de empezar a soltarlos. Darles apoyo y orientación, pero no solucionarles todo, ni permitirles todo. Tenemos que encontrar un equilibrio entre apoyarlos y nutrirlos, al tiempo que les damos el espacio para aprender por ensayo y error.

Es muy importante que seamos conscientes de que estos cambios representan una etapa necesaria, que puede crear cierta tensión en la familia, pero que no durará para siempre. Y tener muy claro que es una transición que trae consigo el regalo de un nuevo yo, más seguro e independiente.

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