JOSÉ MOISÉS MARTÍN CARRETERO. ECONOMISTA
OPINIÓN

Economía circular: un negocio redondo

José Moisés Martín Carretero, colaborador de 20minutos.
José Moisés Martín Carretero, colaborador de 20minutos.
JORGE PARÍS
José Moisés Martín Carretero, colaborador de 20minutos.

La economía humana es un subsistema del planeta Tierra, y la Tierra es un sistema finito. Y ningún subsistema puede crecer de manera indefinida si se encuentra constreñido por límites finitos. Éste es el argumento que alumbró, hace ahora más de 40 años, el informe Los límites del crecimiento, que popularizó el impacto de la actividad económica sobre el medio ambiente. Desde entonces se han sucedido numerosas formulaciones para lograr conciliar la necesidad de crecimiento económico con la imposibilidad de trascender los límites físicos del planeta. Los motivos son más que evidentes: los efectos negativos de la actividad humana sobre los ecosistemas planetarios son crecientes, incluyendo entre ellos el principal y más peligroso:  el cambio climático.

La última de estas formulaciones, que abunda sobre conceptos como el desarrollo sostenible o el crecimiento verde, es la economía circular. Entendemos la  economía circular como un modelo económico que reduce al mínimo los impactos irreversibles sobre el entorno, a través de la optimización y reciclaje de materiales, así como la regeneración, uso compartido, y minimización de pérdidas de recursos naturales. Se trata, en última instancia, de acompasar el ciclo físico de la economía con la capacidad de carga del planeta, de manera que la economía pueda ‘crecer’ en términos monetarios sin por ello agotar los recursos o la capacidad de regeneración. El concepto ha entusiasmado a empresas, centros de estudio e  instituciones, que han puesto en marcha diferentes programas para incorporar conceptos tales como la reutilización, la perdurabilidad de la producción, o la eficiencia en el consumo. Lo que antes eran considerados residuos de un proceso de fabricación, por ejemplo, se convierten ahora en insumos para un nuevo proceso, optimizando recursos y permitiendo una mayor sostenibilidad. La novedad de este enfoque es que la gestión circular de recursos naturales y energéticos se incorpora desde el primer momento en el diseño de los procesos productivos.

La extensión de la economía circular supone un importante reto para el sector privado y para el sector público. Se debe fomentar la innovación, la formación y la inversión en nuevos modelos productivos, que permitan acompasar el crecimiento económico con la reutilización y preservación de materias primas y ecosistemas. El número de  empresas comprometidas con estos principios crece de manera exponencial, aunque es necesario un entorno institucional apropiado para favorecer su consolidación. La  extensión de la economía circular supondría importantes ahorros de materias primas y reducir las emisiones  de gases de efecto invernadero. También sería fuente de riqueza y empleo:  de acuerdo con  la consultora Mckinsey, los beneficios netos para Europa podrían alcanzar, en 2030, hasta 1,8 billones de dólares,  un beneficio similar al tamaño de la economía Española.

¿Estamos ante una moda o transformaremos nuestra economía en un subsistema sostenible? Las ganancias de eficiencia en el uso de recursos no son un hecho nuevo en la historia del desarrollo económico: la intensidad en recursos y energía por unidad de producto no han dejado de mejorar desde el inicio de la era industrial, y sin embargo, este hecho no ha evitado que nos acerquemos peligrosamente a los límites del crecimiento. Las leyes de la termodinámica nos mostraron que el movimiento perpetuo no existe. De la misma manera, una economía en crecimiento permanente no dejará de consumir recursos, por mucho que incrementemos su eficiencia y su reutilización. La economía circular es un paso útil, pero no debemos eludir repensar lo que consideramos riqueza, calidad de vida y prosperidad. El cambio cultural necesario es inmenso, aunque no imposible.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento