Los consumidores con un seguro en España pueden sentirse unos privilegiados, ya que el sistema destaca por las garantías que ofrece y por tener herramientas únicas, como el Consorcio de Compensación de Seguros o el Registro de Seguros de Vida.

El Consorcio (CCS) es una entidad pública cuyos fondos proceden de aportaciones que hacen las aseguradoras con parte del dinero que cobran y, entre otras cosas, cubre los llamados riesgos extraordinarios.

Estos incluyen los daños por catástrofes naturales, como los de inundaciones, o terremotos, o los que son fruto de siniestros de seguros obligatorios causados por personas que no tienen contratado un seguro, o los que debería cubrir alguna entidad quebrada. Los daños a personas y bienes consecuencia de un acto terrorista también se incluyen en estas coberturas.

En muchas ocasiones vemos a víctimas de inundaciones diciendo: "lo he perdido todo". Pues no. Seguramente pueda recuperar mucho de lo perdido. Sólo por tener una póliza en los ramos de Bienes, Vida o/y Accidentes estas ‘tragedias’ tienen coberturas del CCS.

Tan sólo hay que dar parte a la compañía y esta lo hace llegar al Consorcio, que lo perita y después hace la transferencia a la cuenta del asegurado. También se ocupa de la cobertura obligatoria de los automóviles no aceptados por las aseguradoras y de las indemnizaciones por los daños ocasionados por vehículos desconocidos, sin seguro o robados.

Además, en el mercado español se cuenta, desde hace ya doce años, con el Registro de Contratos de Seguro de cobertura de fallecimiento, una ‘base de datos’ pionera en el mundo y con la que se evita que los beneficiarios se queden sin cobrar miles de millones de euros, como pasaba anteriormente.

Todo ciudadano puede consultar un registro que incluye datos que muchas veces no son conocidos por los beneficiarios, al tratarse, por ejemplo, de seguros vinculados con tarjetas o viajes.