JUAN JOSÉ TOHARIA. PRESIDENTE DE METROSCOPIA Y EXCATEDRÁTICO DE SOCIOLOGÍA DE LA UAM
OPINIÓN

Una ciudadanía reactiva

Juan José Toharia, presidente de Metroscopia y antiguo catedrático de Sociología en la Universidad Autónoma de Madrid.
Juan José Toharia, presidente de Metroscopia y antiguo catedrático de Sociología en la Universidad Autónoma de Madrid.
20MINUTOS.ES
Juan José Toharia, presidente de Metroscopia y antiguo catedrático de Sociología en la Universidad Autónoma de Madrid.

Reactiva, expectante, un punto volátil y desazonada: son adjetivos que, según los datos del sondeo de Metroscopia, cabría aplicar a la ciudadanía española en este comienzo del curso político. Para empezar, los españoles están cansados de lidiar con una crisis económica cuyo final todavía no perciben: el 80% cree que este aún está lejos. De forma prácticamente unánime, consideran grave el nivel de paro existente y el grado de desigualdad social generado.

Además, y de forma ampliamente mayoritaria, consideran que el empobrecimiento causado a nuestra sociedad tardará mucho en remediarse. Y siguen siendo más quienes perciben que en estos últimos días alguien de su entorno ha quedado sin trabajo que quienes declaran, en cambio, que alguien lo ha encontrado.

Los españoles se muestran cansados también de la pertinaz incapacidad de su clase política para cumplir con lo que entienden que es su función: buscar solución a los problemas del país mediante los pactos, mutuas concesiones y acuerdos que sean necesarios. La sensación generalizada es que sus representantes priman sus conveniencias partidistas sobre el interés general. En proporción —llamativamente estable— de dos a uno, los españoles llevan ya tiempo declarando su preferencia por un sistema multipartidista como el actual (aunque conlleve una mayor dificultad que el bipartidismo para tomar decisiones y formar gobiernos). También han dejado claro que el hecho de que, en una negociación política, las distintas partes cedan en sus pretensiones para hacer posible un acuerdo no equivale a traición ideológica sino a sentido de la responsabilidad pública. Pero esta vida política plural y pactista que nuestra sociedad anhela no acaba de cuajar; y de ahí, sin duda, el generalizado descrédito social de nuestros actores públicos.

También existe un extenso, e intenso, cansancio ciudadano en relación con la cuestión catalana. Los españoles, tal como detallará 20minutos en la segunda parte de la encuesta —que se publicará este martes—, perciben que el procés ha entrado en bucle: no mengua, pero tampoco crece; hasta ahora solo parece haber conseguido partir a Cataluña en dos (lo cree el 85%) y empeorar la percepción en torno a la situación social catalana (lo afirma el 70%). Aun cuando los españoles están lejos de quitar toda culpa por el actual estado al anterior Gobierno, se muestran severos con los líderes independentistas: el 52% cree que incurrieron en un delito de rebelión y un 29% adicional piensa que cometieron un delito, aunque no de tanta gravedad; solo el 14% considera que no cometieron delito.

Ahora bien, este generalizado fastidio con la actual escena política no genera en nuestra ciudadanía desapego o desentendimiento respecto de la misma, sino, por el contrario, un apreciable grado de expectación y reactividad ante cualquier cosa que ocurra y que parezca susceptible de romper su actual atonía. En cada electorado existe ahora una fracción de votantes que se muestra desasosegada y que no acaba de fijar de forma clara su opción de voto en unas hipotéticas nuevas elecciones.

El mapa de alineamientos ideológicos presenta así un perfil algo más brumoso y volátil de lo usual. Que es lo que suele ocurrir cuando se vive —o se cree vivir— en un momento político de interinidad y/o de transición.

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