IRENE LOZANO. ESCRITORA
OPINIÓN

Carta a las mujeres

Periodista, escritora y política.
Periodista, escritora y política.
JORGE PARÍS
Periodista, escritora y política.

Hoy tómate el día con calma, Alicia, es tuyo. Hace años era el día de las mujeres trabajadoras como tú, Ana, pero se ha universalizado la cosa y ahora está dedicado a todas las mujeres, también a las empresarias que sois modélicas, Almudena. Al difuminarse la identidad vinculada a la clase social, en este mundo global donde enseñas la geografía física de siempre, Eva, ha perdido importancia el ser trabajadoras y la ha cobrado el hecho de ser mujer. Todo ha ido ocurriendo mientras escribías, Berna, y resulta difícil precisar en qué momento exacto se produjo el cambio. Pero es un hecho: qué te voy a contar si tú desarrollas tecnología, Margarita, y cada mañana te cambian el lugar por donde sale el sol.

Me gusta celebrar el día de la mujer escribiéndote, Cristina. El mundo está poniéndose feo y quería contarte mi punto de vista respecto a lo que podemos hacer, Sandra. Las últimas noticias de la política están marcadas por la polarización y el odio. Hay un puñado de dementes empeñados en que odiemos al diferente, como sabes bien, Marine. Y nos la jugamos: los grandes problemas del mundo, desde el calentamiento global hasta las migraciones, pasando por el terrorismo o la desigualdad, no puede resolverlos un solo país. Es materialmente imposible aunque haya gente como tú, Pilar, levantando fronteras y mentiras con tanto ahínco.

Me decías el otro día, Ofelia, que las mujeres sabemos pelear sin derramar una gota de sangre, si acaso la nuestra, como tantas a las que matan cuando están a punto de ser libres. Es lo que hemos hecho durante siglos, Marcela, antes incluso de que te marcaras el soliloquio por tu libertad en el Quijote. Hoy en día somos la comunidad global que soñabas, Mercedes, pero debemos rehuir el convertirlo en una cuestión de identidad, ahora que se hace política con ella. Lo explicas muy bien, Luciana, cuando dices que esto es una cuestión de derechos, de oportunidades y de igualdad. Puesto en esos términos, es la misma batalla que la de los negros, los pobres, los transexuales, las paradas, los homosexuales, las gitanas. Todas tenemos una identidad múltiple, no elijas solo una, Anabel, que puede fácilmente acabar enfrentada con otra, o sea, contigo misma. No es sobre lo que somos, sino sobre cómo queremos vivir: libres de opresión, odio e ignorancia. Y eso suma más de la mitad de la humanidad. Es la humanidad entera.

Que tengas un buen día, Irene Lozano

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