HELENA RESANO. PERIODISTA
OPINIÓN

Inspiremos a nuestros hijos

HELENA RESANO
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"No me atosigues". "Por favor, nos puedes dejar a solas para que hablemos entre nosotras". "Esto es cosa de niños, tú no puedes". "Hoy tú no te pones de portero". Son frases reales sacadas de un patio de colegio, de niños que no llegan a los 7 años. Frases que se escuchan cada día y con las que tienen que lidiar nuestros hijos. Frases que de adultos seguimos escuchando, en otro contexto, pero que sabemos ‘digerir’ mucho mejor. Hay callo, vamos. ¿Pero ellos? A ellos les puede costar una tarde de lágrimas, una semana de inseguridades y un mes de buscar excusas para no ir al colegio.

Llevar gafas, no jugar bien al fútbol (ay, cuánto podríamos escribir sobre esto, ¡basta ya de la tiranía del monojuego!), llevar una mochila del curso anterior, no ser tan masculino como se le presupone a su género, o no ser tan femenina como el resto esperaría. Salir a jugar al patio es para muchos niños un auténtico calvario: enfrentarse a la burla, al aislamiento y a veces al empujón. Ellas porque quieren romper barreras, ellos porque no quieren someterse al estereotipo. Y ahí no podemos responsabilizar únicamente al centro escolar.

Sí, es verdad que hay una labor de vigilancia, de escuchar, de saber qué pasa en el aula y fuera del aula. Es lamentable cuando escuchas a profesores justificar su ignorancia sobre ese caso de acoso asegurando que "en clase nunca vieron nada". Pero también hay una enorme responsabilidad de lo que esos niños nos cuentan, actúan, hacen, cuando están fuera del colegio, ¡que son muchas horas! Tantos y tantos padres que acaban justificando a sus hijos con "son cosas de niños". No, señores, no son cosas de niños: actúan como adultos y seguramente repiten modelos de comportamiento. Usan su liderazgo para someter a los demás: para decirles a ellas que no pueden jugar al fútbol porque son niñas o para humillar al niño que ese día ha querido ir al colegio con una muñeca. Reconozco lo difícil que es conseguir el equilibrio entre no sobreproteger a nuestros hijos y educarles en el respeto, en el todos somos iguales. Pongo en valor iniciativas como la que ha traído a España Inspiring Girls: se trata precisamente de eso, de inspirar a las niñas, de decirles que ellas pueden hacer lo que se propongan, que no hay barreras excepto la de su propio esfuerzo. Y lo hacen mujeres que dedican una hora al año para ir a hablar a las aulas y contarles su experiencia.

Reconozco el esfuerzo de esos entrenadores que intentan integrar en sus equipos, que se dejan la piel para que jugadores y padres (sobre todo padres) muestren respeto por el rival. Que el terreno de juego no sea el escupidero en el que se vierten las frustraciones de la semana.

Y reconozco que esto de educar y dar ejemplo debe empezar por uno mismo: no podemos quedarnos de brazos cruzados, algo hay que hacer para evitar que las redes sociales se conviertan en el vertedero del odio de quienes necesitan una hora diaria de insultos. Es inadmisible que a los pocos minutos de la muerte de Bimba Bosé, por ejemplo, su familia tenga que leer en redes mensajes tan deplorables como los que se han colgado en estas horas. A ti, Bimba, solo una cosa: eras una mujer valiente, diferente, rompedora. Esta sociedad necesita gente como tú. Se te echará de menos.

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