CARMELO ENCINAS. DIRECTOR DE OPINIÓN DE '20MINUTOS'
OPINIÓN

Mejor las cuentas que los cuentos

Decenas de pensionistas han cortado el tráfico frente al Congreso para pedir que las pensiones se revaloricen conforme al IPC.
Decenas de pensionistas han cortado el tráfico frente al Congreso para pedir que las pensiones se revaloricen conforme al IPC.
EFE
Decenas de pensionistas han cortado el tráfico frente al Congreso para pedir que las pensiones se revaloricen conforme al IPC.

Otra vez elecciones y de nuevo renace el interés de los candidatos por los pensionistas. Suponen nueve millones de votos que, a pesar de su transversalidad política, son marcadamente sensibles a cualquier impacto que haga referencia al futuro de sus pensiones.

Su preocupación está más que justificada, dependen de ellas para sobrevivir y, a estas alturas de sus vidas, apenas tienen capacidad de reacción ante una crisis que conlleve rebajas en las percepciones económicas que reciben.

El colectivo es mayoritariamente consciente de las dificultades que atraviesa el sistema con un agujero de 50.000 millones de euros que define su situación como de quiebra técnica.

Esa realidad choca con la convicción de que ellos se han ganado su pensión cotizando religiosamente durante décadas, que sería indecente negarles los derechos ganados con el sudor de su frente y que traicionar sus expectativas constituiría una gigantesca traición social que dejaría por los suelos el llamado Estado del bienestar.

Es obvio que hay que trabajar a fondo y en distintas direcciones para apuntalar el sistema y que lo deseable es que esa labor técnica escapara de las refriegas políticas, lo que no parece probable.

El propio presidente en funciones ha marcado su programa electoral con una nota en negrilla apostando por la indexación de las pensiones al IPC y un incremento no concretado para las más bajas y las no contributivas. Tal y como están las cuentas de la Seguridad Social, entiendo que cualquier anuncio de incremento de las prestaciones suene a demagogia pero no en el caso de su actualización en base al IPC.

Ya en septiembre del año pasado, la comisión del Pacto de Toledo llegó al acuerdo de actualizarlas con la inflación como forma más segura de mantener su poder adquisitivo. Aquel acuerdo lo firmaron, además del PSOE, PP, Cs, Podemos,  PDCat, PNV y Compromís. La práctica totalidad del arco parlamentario estuvo a favor de la indexación al IPC, y nadie debería escandalizarse porque Sánchez lo incorpore a su programa electoral.

Se da encima la circunstancia de que este año la inflación puede quedar a cero o incluso bajar una décima con lo cual la alteración del gasto en pensiones por esa vía es mínima .

Sí es importante, en cambio, que los políticos despejen el temor de los jubilados a un progresivo deterioro de su poder adquisitivo. Algo que no lograba la reforma de las pensiones que Rajoy emprendió con la aplicación del llamado factor de sostenibilidad ligado a la esperanza de vida y aquel límite del 0,25% de revalorización.

Dos mecanismos de depauperación inexorable que bastó la exigencia del PNV sobre su apoyo a los Presupuestos para que el Gobierno del PP los retirara sin contemplaciones a pesar de contar con las bendiciones de la Comisión Europea.

La salud de las cuentas de la Seguridad Social depende básicamente de la creación de empleo, del nivel de las cotizaciones, de la curva de natalidad y también de las prestaciones ajenas al sistema, que han causado el 70% de su deuda. Son los factores que hay que trabajar.

La confianza de los pensionistas no se gana con proclamas sino con propuestas realistas que garanticen la solidez del modelo. Prefieren las cuentas a los cuentos.

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