CARLOS GARCÍA MIRANDA. ESCRITOR
OPINIÓN

Carta a Pablo Iglesias: deja la secretaría general de Podemos

El líder de Podemos, Pablo Iglesias.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias.
Mariscal / EFE
El líder de Podemos, Pablo Iglesias.

Estimado Pablo: me apunto a la moda de tu partido de enviar cartas para decirte que igual ha llegado el momento de que dejes la secretaría general de Podemos. Antes de nada, quiero señalar que tienes todo el derecho a estar molesto con Errejón por haberse saltado el protocolo de comunicación, sin darte tiempo para bloquearlo. Menos mal que al final ha cedido a las presiones, digo, peticiones de la dirección y ha dejado su escaño.

Cuentan las malas lenguas que tu ex número dos siempre llevó mal no ser cabeza de león. También apuntan falta de sintonía con Espinar, político en el que solo tú ves discurso y carisma. De lo que habla menos tu coro griego es de los sondeos que auguran un segundo puesto para Cs y sus posibles pactos.

Errejón se olía que llevar la coletilla de la izquierda de chalet supondría otro mal dato para vuestras estadísticas, en retroceso desde 2015. Unirse a nuevas siglas con representantes de diferentes tendencias políticas suena a acierto, pero contigo eso es tocar hueso.

Tú sigues empeñado en hacerle flaco favor a la democracia manteniendo tu bloque inamovible. Si algo falta en las líneas de tu carta, es autocrítica. Sabes que Errejón era de lo mejor que tenías a tu lado y ni te preguntas qué has podido hacer tú para que se aleje. ¿Ser el único que aún sonríe en aquella foto de Vistalegre no te hace plantearte tus errores? Ver que quizá te equivocas al defender con más energía los problemas de Cataluña que los de una Extremadura a la que el tren puede tardar un día en llegar.

Se huele tu interés por los grandes bastiones y el gobierno central, como el PP en sus buenos tiempos. Sientes vergüenza al ver aireados los trapos sucios, pero te olvidas del hashtag #ÍñigoAsíNo que lanzaron tus afines, y no periodistas que, según Irene Montero, se empeñan en buscaros las cosquillas.

Ella insiste en ver honestidad en tu feminismo, del que alardeas subrayando que lo de tu grupo parlamentario son compañeras, pero luego la única que sale diciendo "Unidas Podemos" es tu pareja.

Frente a la adversidad hay quien abandona la primera línea, pero tú no lo harás hasta alcanzar tu anhelo de ser presidente. Estás convencido de que es tu designio. ¿Y si te dijera que ya conseguiste un logro igual de importante? Fue llevar a un partido necesario hasta el Congreso. Acariciaste la meta, pero el circuito ahora ha cambiado por uno en el que Podemos solo puede aspirar a tener la llave de una izquierda que medie entre el clasicismo y la radicalidad.

La puerta debe abrirla alguien que comprenda el nuevo escenario como lo hace Errejón. Quizá ha llegado el momento de que preguntes a los inscritos si deberían relevarte al frente de la secretaría, pero sin necesidad de otorgar tu bendición para presentarse al cargo. Hoy no se puede, Pablo. No contigo.

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