Borja Terán Periodista
OPINIÓN

TikTok: así se convierte en la peor red social

Esta aplicación sirve fundamentalmente para compartir vídeos de corta duración. Tiene su origen en China y posteriormente ya se lanzó en el resto del mundo. Acumuló en 2018 302,2 millones de descargas.
Logo de la red social.
TikTok
Esta aplicación sirve fundamentalmente para compartir vídeos de corta duración. Tiene su origen en China y posteriormente ya se lanzó en el resto del mundo. Acumuló en 2018 302,2 millones de descargas.

Parece una red social inocua. Asistimos a TikTok como un lugar donde aparentemente nadie discute y, principalmente, se baila con una gran y sobreactuada sonrisa. De hecho, el contenido que más destaca de la aplicación es ese mismo: el baile. Las coreografías al ritmo del último éxito musical.

Lejos quedan aquellos tiempos en los que a los adolescentes les daba vergüenza bailar o llamar la atención. Nos hacíamos pequeños cuando el profe pedía un voluntario para cualquier cosa. Ahora, para estar de moda y lograr la peliaguda validación del entorno -a través de muchos corazones o likes-, hay que realizar el baile del momento. O, mejor dicho, imitar el baile del momento.

Porque en TikTok todo el rato se reproducen los mismos pasos de baile. La creatividad no es tan importante. No es una red social que fomente la imaginación. Al contrario, en ella es muy fácil enfilar lo que la gente debe bailar y cómo lo debe bailar. Y así todos se copian entre sí. No es nada nuevo. Siempre lo ha intentado la industria discográfica, que ahora cuenta con un nuevo y vistoso espacio viral donde prefabricar los éxitos musicales del momento y que los propios usuarios de la aplicación los visibilicen gratuitamente con vídeos con los que intentan conquistar a sus followers.

"TikTok parece un lugar sin ley. La copia se lleva por delante a la creatividad original"

Por eso TikTok se ha ido transformando en una red en la que se premia el calco a lo original. Todo el mundo baila igual, con los mismos pasos, aunque no baile. Y eso la convierte en quizá en la peor red social. O en la más 'borrega' al menos. Porque su ADN es el plagio. Se copian las coreografías, los sketches, las bromas... Venga, todos a hacer lo mismo que han visto que funciona a otro tiktoker. Da igual que sea un challenge insensible, como uno que triunfó hace poco, la #bromabeca, que consistía en colocarte junto a alguien mayor para pedir una beca mintiendo e inventándote discapacidades para "dar pena". Miles de usuarios mofándose de las personas con discapacidad y la diversidad sin ningún miramiento, sin ápice de reflexión y empatía. Infame.

Por eso TikTok es salvaje y hasta peligrosa. Porque parece inofensiva y no se ve venir lo negativo que promueve: normaliza la mofa, el plagio y la necesidad de hacer lo que hace todo el mundo para no sentirse fuera de juego. Y desde luego no es red social para los autores, para los verdaderos creadores de la industria audiovisual. Porque sólo sirve para que les pirateen. Miles de cortometrajes se trocean, se les quitan los créditos y son subidos por perfiles que nada tienen que ver con los artífices de esos trabajos, ante el pasotismo de la propia red social. Puedes reportar una infracción de derechos de autor, sí, pero TikTok no responde en meses. Mientras que en Facebook o Twitter se vigila el cumplimiento de los derechos, TikTok parece un lugar sin ley. La copia se lleva por delante a la creatividad verdaderamente original. Pero da lo mismo, porque como todo el mundo baila, aunque bailen como autómatas con perturbadoras y sobreactuadas sonrisas artificiales en la boca, da la sensación de que es un hermoso y bello lugar de felicidad.

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