La partida al extranjero, en un lugar aún desconocido, del ex Rey Juan Carlos I , anunciada por la Casa Real era de esperar. Don Juan Carlos I se había convertido en un pésimo ejemplo para la Monarquía y, una vez más ha tomado una decisión propia de la responsabilidad con que reinó en España durante cuatro décadas. Es una decisión esperada e indeseable para la inmensa mayor parte de los españoles, pero necesaria.
"Es una decisión esperada e indeseable para la inmensa mayor parte de los españoles, pero necesaria"
El mismo afirmaba a veces que la Justicia es igual para todos y sobre don Juan Carlos pesan acusaciones graves que, aunque estén sin probar ni condenar, no podían caer en el olvido ni en la tolerancia que su trayectoria merezca hacerle personar y la Justicia no puede dejar impune. Ha sido un Rey excelente, quizás el mejor de la Historia de España, pero ha cometido un error o una acción impropia de su cargo.
La Justicia acabará diciendo la última palabra para su biografía hasta ese punto memorable. Fue, no lo olvidemos nunca, quien por vez primera implantó una democracia estable en nuestro país. Bajo se autoridad y su perspicacia política en España se terminaron los pronunciamientos militares, los golpes de Estado y las dictaduras gracias a lo cual todos adquirimos libertad.
Estas últimas horas han sido muchas las críticas y acusaciones que causaban escándalo protagonizado por el ex monarca y eran utilizadas como argumento para quienes buscan oportunidades para liquidar la Constitución que él promovió – renunciando a los múltiples poderes heredados – y aprovechar para crear una República. El abandono de su residencia oficial debe de estar siendo muy duro para él, pero es un gesto más que le honra.
"Su gestión en la modernización y desarrollo de España quedarán para cuando de verdad la Historia haga su propia justicia"
Los escándalos y acusaciones que se le atribuyen en la última etapa seguirán siendo objeto de comentarios y especulaciones. Pero su gestión en la modernización y desarrollo de España quedarán para cuando de verdad la Historia haga su propia justicia. Lo mismo que la decisión de nombrar para sucederle a su hijo don Felipe, quien en estos seis años ya ha demostrado talento, capacidad y valor para tomar decisiones difíciles.
Decisiones tan difíciles humanamente como la que supone para un hijo que su padre tenga que irse al extranjero como sus antecesores. Es una decisión difícil, pero muy reveladora de que un Monarca puede asumir responsabilidades. Gracias a la decisión de ambos, la democracia seguirá tenido quien la defienda y una Monarquía que sabe reaccionar ante los errores que su representante pueda cometer.
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