Noelia Núñez Diputada del PP en la Asamblea de Madrid
OPINIÓN

Contundencia y paz

Un año del Zendal: casi 8.400 pacientes atendidos y más de 1,8 millones de vacunados
Imagen de archivo del Hospital Enfermera Isabel Zendal.
20M EP
Un año del Zendal: casi 8.400 pacientes atendidos y más de 1,8 millones de vacunados

Damos por sentada la paz. Ese podría ser el resumen del choque que nos produce ver las desgarradoras imágenes que nos llegan desde Ucrania. Damos por sentada la paz, exactamente del mismo modo en el que damos por asegurada la democracia, como si nada de eso nos pudiera ser arrebatado o como si se nos concediera por derecho simplemente por existir.

Vivimos en un mundo en el que el mal reside entre nosotros y hemos de ser plenamente conscientes de ello. El ser humano es capaz de crear y conseguir lo más maravilloso del mundo, pero también es capaz del caos, del odio, de la destrucción. Sin lugar a duda, la prueba de que el mal existe es lo que está pasando estos días en Ucrania. Una auténtica guerra, un ataque a la soberanía de un país y de un pueblo sin ninguna justificación por parte de Rusia y su gobierno.

Es realmente duro ver a familias separarse, a hijos despedirse de sus padres sin saber cuándo se volverán a ver o si quizá ese será el último abrazo que se dan. Familias enteras huyendo desesperadamente y dejando atrás todo cuanto han conocido, toda su vida por la que tanto han trabajado. Un país roto y desolado, inmerso en una guerra que esperaban no se produjera.

Rusia debe pagar por el daño causado al pueblo ucraniano. La respuesta que dé Europa debe ser contundente y decisiva, contando siempre con sus aliados internacionales, pero fiel a los valores de Occidente. No es suficiente con echar a Rusia de Eurovisión ni puede convertirse en la única consecuencia. Europa ha de ser contundente dentro de sus competencias porque se lo debe a miles de ucranianos que buscan en ella la esperanza.

Y mientras esa respuesta llega, Isabel Díaz Ayuso ha ofrecido al Gobierno de España todos los centros hospitalarios, pero especialmente el Zendal, para los ucranianos que pudieran necesitarlo. Su proximidad al aeropuerto y su versatilidad lo convierten en un referente en estos momentos de ataque. Madrid así ha vuelto a demostrar ser solidaria, en este caso con el pueblo ucraniano. Por todas esas familias que echan de menos la paz.

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