Luis Algorri Periodista
OPINIÓN

Es solo estrategia

El tribunal de Sassari delibera sobre la extradición de Puigdemont tras acabar la declaración
Momento en el que el tribunal de Sassari libera Puigdemont tras su declaración.
20M EP
El tribunal de Sassari delibera sobre la extradición de Puigdemont tras acabar la declaración

Es fácil de entender. Carles Puigdemont, huido como está porque no le gusta la cárcel, quiere seguir siendo el protagonista de la vida catalana. Eso no es fácil porque, como bien dice el viejo bolero, “la distancia es el olvido” y la gente empieza a no tener presente su cara. Además, otros tienden a ocupar (son las leyes de la física) el espacio vacío que él deja, y así el independentismo se ha fracturado, convertido en una gallera en la que todos desconfían de todos y no hay un “caudillo” que sobresalga.

¿Qué se hace en estos casos? Pues tratar de recuperar el protagonismo. Puigdemont sabe que su escapada tiene límites. En algunos países (Bélgica) puede andar por la calle sin problemas, pero en otros no. En Italia, por ejemplo, le podían detener. Él lo sabía perfectamente.

Por eso se fue a Cerdeña. Para hacerse detener. Sus abogados le habían informado de qué consecuencias le traería aquella detención, según las leyes italianas: pocas. Una declaración en el juzgado y luego a la calle, aunque fuese “cautelarmente”. Y esto sobre todo: decenas de cámaras, periodistas y muchos minutos en los telediarios.

El resultado lo hemos visto: Puigdemont que sale del juzgado sardo en medio de una sobreactuada multitud de partidarios. Sonríe, hace el signo de la victoria, reparte abrazos y caricias, vuelve a ser el protagonista. Solo le faltó besar niños, como hacían los políticos de antaño.

¿Y nosotros? ¿Qué somos? Pues nosotros somos el público. Nada más. El público de esta estrategia publicitaria que en realidad no sirve para nada, no cambia nada, pero que a él le devuelve a las pantallas de nuestras televisiones. Qué aburrimiento, no me digan que no.

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